Estoy aquí, en Akademeia

Con esa mirada fría que me caracteriza, observo el pomo de la puerta de mi habitación. Coloco mi mano sobre él y la abro.
Miro todo a mi alrededor. Esta va a ser mi habitación a partir de ahora. Me tendré que acostumbrar a vivir con más gente, y aunque la idea no me atrae especialmente, he de hacerlo si quiero seguir en la escuela.
Me acerco a mi cama y dejo la maleta al lado de ésta. Me siento en el borde del colchón y miro al suelo. Mis labios se mueven ligeramente para pronunciar la frase que sentía que debía decir en este momento:
-Ya estoy aquí, en Akademeia.