Re: El viaje en Moto

por **Belhin** Miér Mar 18, 2009 5:30 pm

Sabía que en algún momento llamaría la atención a alguien, aunque me sorprendió que nadie me hubiese dicho nada durante toda la caminata que me pegué hasta llegar a una especie de edificio donde supuestamente se encontraban los enfermos. Decidida, atravesé la puerta de aquel lugar de una sola planta, con la intención de buscar a los SeeD heridos para acabar con su vida definitivamente. Sin embargo, no me permitieron estar allí más de cinco segundos. Enseguida los enfermeros me llamaron la atención y me dijeron que saliese fuera, porque aquel no era lugar para visitantes, los heridos no estaban en condiciones para ser vistos por cualquier persona de la calle, ni siquiera la familia, o esa mentira me contaron.

Caminé de un lado a otro, sin saber que hacer. El Sol se estaba poniendo, el tiempo transcurría demasiado rápido. Se me agotaba, se terminaba... Solo tenía cinco días para salir del instituto, no podía perder tiempo... tenía que cumplir con mi misión. Me crucé de brazos y posé mi espalda sobre una pared, cerrando los ojos, mordiéndome el labio inferior. ¿Qué debía hacer ahora? ¿Entrar en el Edificio y matar a todos? ¿Esperar a la noche para asesinarlos mientras dormían? No había mucha seguridad en el edificio, lo cual era un punto a favor por mí. Mientras me encontraba sumida en mis pensamientos, un grupo de cinco chicos patrullaba por allí. Hice caso omiso a sus pisadas, como si no me estuviese dando cuenta de que pasaban por allí, cuando de pronto uno de ellos se acercó a mí:

-Hey, preciosidad. ¿Por qué te cubres? ¿No te gustaría que nos descubriésemos los dos esta noche?

Alcé la mirada, para ver de quien se trataba. Un joven soldado se había acercado a mí inocentemente con intenciones de pasar una noche loca conmigo. No pude evitar dibujar una sonrisa de oreja a oreja en mis labios. Una pequeña risita surgió de mi boca. Me encogí de hombros y pensé con tranquilidad la respuesta:

-Es una propuesta tentadora -Declaré.

Era peligroso conversar con uno de los soldados que patrullaban por allí en aquel momento. Si lo entretenía podía despertar la atención del que parecía ser el líder, acercarse a mí y descubrir todo el pastel. Por eso mismo debía deshacerme cuanto antes de aquel guerrero, para evitar moscas que estorbasen durante mi viaje, durante mi misión:

-Entonces deberás esperar a esta noche, en este mismo sitio... -Mentí, con tal que se fuera me daba igual.

por **AdminX** Miér Mar 18, 2009 6:23 pm

Dia 2
8.00 pm

Ya es de noche pero aún no cerrada. El chico se largó con la patruya. Y no pasa nada interesante. ¿Qué haces?

Off: cada post de Acción ta gastará 2 Horas. A no ser que esperes hasta una hora determinada entonces gastaras más horas por post.

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Belhin

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por **Belhin** Jue Mar 19, 2009 10:52 pm

Me encogí de hombros, desde que había conseguido que ese soldado se largara y me dejase sola había estado esperando fuera de aquel Centro de Auxilio, recapacitando, intentando buscar una alternativa para entrar y terminar con los SeeD cuanto antes. El Sol acababa de esconderse y la noche había deborado el cielo, siendo las estrellas las únicas que iluminaban las calles de Alexandria. Suspiré con profundidad, perdiéndome con la mirada entre aquellas diminutas estrellas que, para pasar el rato, me limitaba a unirlas y a realizar objetos, animales o rostros de personas. Me aburría bastante... tenía que pasar a la acción cuanto antes. Ladeé la cabeza, viendo pasar a dos niños que portaban un balón, dirigiéndose hacia el extremo de la calle contrario al que provenían ellos, habiendo sido llamados por una mujer alta, de unos cuarenta años, algo enfadada. Me percaté de que, después de esos dos, los niños ya no paseaban, ya no caminaban entre las transitadas y peligrosas calles de la ciudad y entraban en sus casas para cenar y acostarse, esperando a los próximos rayos de luz que marcarían un nuevo día.

Me crucé de brazos, alegrándome. Cuanta menos gene hubiese por las calles, más oportunidades de no ser descubierta... El problema es que, si esperaba mucho más, quizás aumentara el número de patrullas que vigilaba aquel derruido lugar. Por eso mismo debía apresurarme, no perder ni un segundo más, cumplir con mi objetivo y volver a Icicle, recibir la recompensa y regresar a las clases, a mi rutina de siempre. Me despegué con brusquedad de la pared y miré por una de las ventanas del Centro de Auxilio, estudiando los movimientos de los enfermeros, estudiando aquella sala con cuidado y tranquilidad. Había decidido colarme, atravesar las habitaciones y llegar hasta las camas de mis víctimas, para terminar con la vida de éstos. Antes de ponerme de cuclillas y caminar hacia la puerta principal me aseguré de que no había nadie alrededor que pudiese verme y pedir ayuda. Después de aquello, me dediqué a esperar a que los enfermeros cambiaran de habitación y dejaran la sala principal limpia, es decir, completamente vacía. Para continuar caminando de cuclillas y esconderme detrás de un armario donde supuestamente guardaban todas las jeringuillas. Estuve unos cinco minutos ahí, ya que los enfermeros no paraban de entrar y salir de las habitaciones, pasando por el único pasillo del piso, aquella enorme sala derruida y con mucho polvo.

Rápidamente, cuando los enfermeros decidieron tomarse un descanso y salir fuera del Centro de Auxilio para charlar y comentar la catástrofe que acababa de ocurrir, aproveché la ocasión para entrar en una de las habitaciones y comprobar que habían tres camas. No sabía si los que se encontraban allí serían SeeD o simples pacientes, pero no podía detenerme a observar si llevaban uniforme, si tenían pinta de soldados o algo por el estilo. Así que, en un abrir y cerrar de ojos, decidí terminar con la vida de los tres pacientes mientras yacían dormidos. Extendí mis manos hacia los tres hombres y cerré los ojos, sonriente, mientras llamaba a las sombras que rodeaban aquella oscura habitación y las dirigía velozmente hacia el cuello de mis víctimas para estrangularlos. Fue rápido y silencioso. Al no poder respirar el sonido no podía surgir de sus labios. Me alegró verlos muertos sobre las camas, sin ninguna marca que pudiese demostrar que había sido yo. Aunque pudiesen deducir que había sido una animadora de sombras o algún mago... Di media vuelta y me dirigí hacia la siguiente habitación, repitiendo el proceso todo lo rápido posible, intentando no hacer ningún ruido para despertar a los pacientes o llamar la atención de los enfermeros.

Más tarde, cuando creí haber matado a todos, me dirigí hacia la sala principal y me percaté de que acababa de surgirme un pequeño problema. Los enfermeros habían terminado ese pequeño descanso y tenían que entrar de nuevo al Centro de Auxilio. Lógicamente, lo que haría sería esconderme de ellos y esperar a que entrasen a las habitaciones para salir corriendo pero, sabía que nada más entrar y ver que todos estaban muertos, se reunirían en la sala principal y me descubrirían huyendo. Tenía esa opción, el ser descubierta y perseguida mientras regresaba a Icicle. También podía escapar por una de las ventanas de una de las habitaciones de los pacientes y, la siguiente opción era matar también a los enfermeros. No me gustaba mucho tener que asesinar a gente inocente, aunque en mi infancia fuese lo que hacía. No quería ser la misma persona que hacía seis años, por eso mismo, corrí hacia un cristal y colisioné contra él. La ventana se encontraba en la parte trasera de la sala principal, por eso, nada más caer al suelo corrí de cuclillas hasta esconderme detrás de un montón de cajas y de basura para evitar que me descubriesen si daba la casualidad de que los habitantes de Alexandria se asomaran por la ventana.

Me dolían los pies, me dolían los brazos. No era una experta huyendo, por eso mismo los cortes en mi piel y el esfuerzo que había hecho con mis piernas al encontrarme de cuclillas la mayor parte del tiempo hizo que me agotase todavía más de lo que estaba por culpa del viaje. Si no me descubrían detrás de la basura, gastaría unos minutos para recuperar las fuerzas y volver a partir.

por **AdminX** Vie Mar 20, 2009 12:57 am

Dia 2
10.00 pm

En cuanto sales de la Sala donde crees haber matado a los "SeeD" un tipo sale de la sala de enfrente cuya puerta está cerrada, porta el uniforme seed de Gala de Akademeia y te mira.

-T..tu.....

A duras penas saca una espada y te ataca

.-.-ATAQUE NORMAL SEED: 30 PV-.--.-

Su vitalidad es practicamente un hilo, tras el ataque queda desmayado ante ti, en la sala de donde ha salido no hay nadie. Peor los enfermeros están entrando ya y se dirigen a tu posición. EN la sala donde has matado a todos hay una ventana parece un poco alta. La ventana del cuarto de enfrente da a la calle principal y está cerrada, no tardarias mucho en abrirla. Escuchas el caminar de un enfermero a tu posición.

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Belhin

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por **Belhin** Vie Mar 20, 2009 12:42 pm

No llegué a tiempo para urgar entre la basura y esconder mi cuerpo allí. Alguien abrió la puerta de la casa de en frente y se quedó paralizado, observándome. Me encontraba de espaldas, así que volteé mi cuerpo hacia el hombre para descubrir de quién se trataba. Al parecer era un SeeD, ya que portaba el uniforme de esa organización que tanto odiaba. Me paralicé, mis ojos solo podían contemplar el rostro agotador del soldado que despegó sus labios para decir algo que no fui capaz de escuchar. Retrocedí con lentitud hasta que mi espalda quedó completamente pegada con la pared del Centro de Auxilio. No podía hacer otra cosa, el cerebro no enviaba la señal a mis extremidades para que desenvainaran la espada cadeneta que se encontraba escondida bajo mi capa. El soldado me miró, desenvainando la espada y lanzándome una estocada horizontal de izquierda a derecha. Noté que sus movimientos eran torpes y lentos, lo cual fue un punto a mi favor. Me lancé contra el suelo, consiguiendo esquivar el ataque, pero dándome un fuerte golpe en la barbilla que hizo que gimiese de dolor. Cerré los ojos, mientras las lágrimas saltaban de mis esferas violáceas, al mismo tiempo que me incorporaba un poco hasta quedar totalmente arrodillada en el suelo. Jadeé, entre que me encontraba agotada por el viaje y la lucha que tuve con un monstruo en el bosque no había conseguido recuperar todas las energías.

Poco después escuché un golpe que obligó que observara por el rabillo del ojo lo que acababa de ocurrir a mis espaldas. Al parecer el SeeD había caido desplomado, desmayado, perdiendo el conocimiento. Sin pensármelo dos veces, me levanté y caminé hacia la espada del soldado, puesto que se le había resvalado de las manos después de realizar el ataque, y la recogí. Rápidamente la incrusté en la espalda del guerrero, atravesando directamente su corazón, dando un giro con el filo para convertir su órgano vital en una especie de papilla. Tras aquello arranqué la espada de cuajo y la dejé caer de entre mis dedos, provocando que el estruendo desagradable del filo al colisionar contra el suelo me dejara sorda. Retrocedí con lentitud, con la mirada perdida en el horizonte, jadeando. Algo me estaba pasando, algo... No quería mirar la sangre que se extendía bajo el cuerpo del SeeD, porque sabía que las sombras aprovecharían el momento para controlar mi cuerpo. No quería que aquella misión fuese un fracaso total, tenía que mantener mi mente en el presente y no sumida en los recuerdos. Era mi meta... ser la dominante de las sombras, convertirme en la Reina de la Oscuridad. Sabía que ese rango era muy lejano para mí, pero aún así quería intentarlo. Quería ser la que dominase la oscuridad, la que decidiera qué hacer con ella, la que luchara contra la luz sin necesidad de ayuda, ya que sería la más poderosa del mundo.

-Espero que no pases demasiado calor en el Infierno -Le dediqué unas palabras al SeeD muerto.

Cerré los ojos, percatándome de que unos pasos se dirigían hacia aquella calle, quizás porque escucharon el ruido o tal vez porque el cristal roto del Centro de Auxilio llamó demasiado la atención a los enfermeros y querían ver qué había pasado. Intenté serenarme para no perder los nervios, mientras buscaba a mi alrededor un lugar donde poder esconderme. Alcé mi vista hacia una ventana algo alta y no me lo planteé dos veces. Trepé con velocidad hacia allí y caí de cabeza en el suelo de aquella enorme habitación. Antes de dirigirme hacia la ventana de en frente, observé como la sangre del soldado continuaba extendiéndose, viendo como perdía prácticamente toda. Entrecerré los ojos, el dolor lo sentía hasta yo, por eso mismo posé una mano sobre mi pecho, despidiéndome de él. Me había alistado en los Caballeros Blancos para continuar siendo aquella niña que mataba por orgullo, por placer y para disfrutar de ver morir a la gente. Desde siempre había querido olvidar mi pasado y no lo iba a conseguir. Me encogí de hombros, corriendo hacia la ventana de en frente de la sala para intentar abrirla.

Pensé que la mejor manera para atravesarla sería romperla con la espada o algo por el estilo, sin embargo, decidí que sería mejor no llamar mucho la atención. Así que busqué algo para poder abrirla, algo que se llamaba... palanca. O así es como mencioné en mi mente a la pata de una mesa que había logrado arrancar en pocos segundos. Al lograr saltar por la ventana y caer de cuclillas en lo que parecía ser la calle principal eché a correr para adentrarme en otra calle, escondiéndome de los enfermeros y de cualquier soldado visible. Me perdí entre las enormes casas hasta encontrar finalmente el camino por el que vine. Sin embargo, la duda regresó a mi mente, haciendo que me plantease el regresar o no. Si había matado a un montón de pacientes del Centro de Auxilio y había visto un SeeD vivo que no estaba dentro de aquel enorme edificio de una planta quería decir que continuaban vivos. Tragué saliva, quizás estaba cometiendo un error al dar media vuelta y regresar.

<< Los buscaré e intentaré comprobarlo. >>

Había pasado una hora desde que esperé a que se llevaran el cuerpo del SeeD que había matado y los enfermeros regresaran a sus casas, asustados, después de haber hablado del caso y encontrarse sorprendidos ante aquel espectáculo. Me encontraba escondida tras una calle, observando con un único ojo el escenario. Los enfermeros habían rodeado al soldado entre mantas manchadas de sangre y se lo llevaban, no se a dónde, pero al edificio donde había matado a los pacientes no. Cuando la calle volvió a quedar totalmente despejada, me llevé los nudillos a mis labios. Si el SeeD aquel era uno de los heridos, quizás se encontrarían cerca, o cada uno en su casa. Pero no podía pasarme toda la noche de casa en casa matando a la gente de Alexandria, dudando en si eran SeeD o no. Más que nada porque no sería capaz de cumplir con mis objetivos y, en algún momento, me descubrirían. Me encogí de hombros, buscando una solución, pero mi cabeza no daba para más.

De pronto la solución vino a mí por arte de magia. Una escalera que se habían dejado abandonada entre la basura, con una mata rota, podía servirme para escalar hasta el balcón de una casa y, tras aquello, trepar hasta el tejado. Desde allí podría verlo todo y no ser descubierta por ningún soldado que patrullase a esas altas horas de la noche. La cogí y, para que no perdiese el equilibrio, coloqué un montón de latas bajo la pata rota. Escalé con rapidez y, después de eso, cogí la escalera y la lancé contra el montón de basuro, para no levantar sospechas. Antes de trepar por los pequeños metros que me quedaban de pared hasta llegar al tejado, observé a través del cristal a un niño que dormía con tranquilidad entre las sábanas. Sentía lástima por él, porque era inocente, porque era pequeño y puede que su padre, o tal vez su madre, fuesen víctimas alguna vez de mi espada cadeneta. Aunque, por otro lado, detestaba al crío porque podía convertirse en un asqueroso SeeD. Nuevamente suspiré, maldiciéndome a mí misma. Volviendo a dudar sobre el haberme alistado en los Caballeros Blancos. Vale que no me eligiesen para ser SeeD porque la nota del examen no me lo permitiese, pero... ¿Era lo correcto tener que despertar a una Bruja que ni siquiera sabía quien era? Tenía que ir a la Biblioteca después de la misión para buscar información...

Recorrí muchos tejados de varias casas, sigilosamente, matando a cada uno de los soldados que patrullaban solos entre las calles de Alexandria, para asegurarme de que no pidiesen ayuda si llegaban a verme. Les lanzaba oscuridad, les enviaba sombras, utilizaba mi espada como látigo para poder estrangularlos sin que pudiesen ver quién sostenía el arma. Si hubiera decidido desde el primer momento haber hecho aquello... la misión ya estaría más que cumplida.

-Malditos SeeD... ¿Dónde estáis?

Proseguí buscando. Creí que aquella misión se me haría eterna... que nunca la terminaría. Que no sería capaz de cumplirla. Mi cabezonería... era la culpable de todo. ¿Dónde podrían encontrarse? ¿Dónde? ¿Estarían en sus casas durmiendo con tranquilidad? ¿Estarían patrullando? ¿Y por qué en el Centro de Auxilio no había...? ¿O sí había pero no me había dado cuenta? ¿Había cumplido ya con mis objetivos o no? ¿Por qué todo eran dudas? ¿Por qué no encontraba las respuestas? ¿Quién era yo? ¿Era de verdad un Caballero Blanco? ¿O me engañaba a mí misma? ¿Estaba loca? ¡Malditas dudas!

Agotada, me senté en uno de los tejados, dejando que mis piernas colgasen, escondiéndo mis manos entre éstas, con la mirada perdida en el horizonte, hacia el castillo. Tal vez los SeeD se encontrarían allí dentro, en excepción del que había encontrado cerca del Centro de Auxilio. A lo mejor, los nobles de Alexandria habían decidido esconder a los SeeD allí, para evitar que les ocurriese algo... a lo mejor sabían que alguien se aproximaba y por eso... ¡Espera un momento! Ese asqueroso soldado que me dejó pasar la muralla... ¡Había sido él! ¡Él anunció que un Caballero Blanco había entrado! Me incorporé de un salto, frunciendo el entrecejo, convirtiendo mis manos en puños, con ganas de asesinar, con ganas de golpear. Ya tenía lugar donde ir... ¡Iría al castillo! Buscaría las habitaciones y mataría... ¡A todos! Esos SeeD no tenían donde esconderse... Si por la ciudad no estaban... ¡El castillo era mi objetivo!

Corrí entre los tejados hasta llegar allí, ya habían pasado dos horas desde que conseguí llegar a una casa que se encontraba enfrente del castillo.

por **AdminX** Sáb Mar 21, 2009 11:05 am

OFF ROL: Está degenerando esto un poco. ¿No crees? Eres solo una CB de bajo nivel...no solo cuenta el volumen, si no la cohesión y la Coherencia.

Dia 3
0.00 pm

Los SeeDs están muertos. La gente comienza a sospechar, hay una moto con las llaves puestas justo en la puerta de Alexandría, cualquiera diría que está ahi puesta a drede.

Hay que regresar a la Base.

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Belhin

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por **Belhin** Mar Mar 24, 2009 9:35 pm

Tanto dar vueltas para que me diesen las doce de la noche... Tanto dar vueltas para que mis piernas comenzaran a pesarme y me obligasen a bajar el ritmo a cada segundo que transcurría. No encontraba nada, quizás había terminado con mi misión. Me dejé caer en el suelo, posando mi espalda sobre una pared donde dejé que mis labios se separasen para que de ellos surgiera un pequeño suspiro. Agotada, mareada, cansada, con hambre, con ganas de regresar al instituto. Al menos allí me mantenían, al menos allí podía dejar de luchar si quisiese, porque todo era un entrenamiento, todo era práctica... Fuera del enorme centro de estudios se encontraba el mundo "real", donde tu vida corría peligro, donde debías salvarte, luchar por tus propósitos. Sabía que tendría que renunciar a una vida llena de locura, a una vida llena de sangre para poder entrar en la academia, sin embargo, me equivoqué. Me uní a los Caballeros Blancos y proseguí con mi historia, simplemente porque ese era mi destino... matar, matar, matar... y matar.

-Encima, ni siquiera sé quién es esa bruja a la que tenemos que despertar... -Murmuré entre dientes.

Pasaron diez minutos desde que me senté en el suelo, decidiendo incorporarme nuevamente para continuar con el viaje. Dejaría de buscar, era el momento de regresar a casa. Llegué a una plaza donde, al parecer, había una moto. La miré sonriendo, se habían dejado las llaves puestas... Era un poco extraño, podía ser una trampa. O tal vez el portador de ese vehículo lo había dejado un momento solo para entrar en alguna tienda o alguna casa... No lo sabía, pero no podía permitirme caminar más de medio día sin parar para poder llegar a tiempo a la escuela, puesto que mi plazo de salida del centro era tan solo de cinco días. Me encogí de hombros, planteándome en si volvería a fracasar y sería perseguida por un montón de soldados... Sacudí la cabeza, diciéndome a mí misma de que era muy de noche y que la gente se preocuparía más por dormir entre sus sábanas que estar con los ojos como platos asomados en su balcón. Después de meditarlo durante cinco minutos, me diriguí disimuladamente hacia la moto.

-Um... Sí. Las llaves están puestas. El motor en marcha... -Me decía a mí misma después de haber mirado de reojo a la moto.

Tras unos segundos, me subí con velocidad hacia la moto y la puse en marcha. Me dirigí con rapidez hacia la salida, hacia Icicle... Quería huir, quería marcharme de Alexandria, quería evitar a todos los soldados. Volver a la base, regresar a la escuela... Ver a Koiba.

por **AdminX** Mar Mar 24, 2009 11:16 pm

70 PX
300 Guiles
50 PH

--Estubo bien.

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