El viaje en Moto
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El viaje en Moto
por AdminX Lun Mar 09, 2009 6:56 pm
Dia 1
Hora 9.30
Sales de la Cueva, ante ti una Moto de gran potencia, la han dejado para tu misión. Una tarjeta, recordandote tu objetivo.
"Elimina a cuantos SeeDs puedas, no caigas presa y regresa"
Un mapa mal doblado con el itinerario.
Tu permiso de Akademeia te permite estar 5 dias fuera. Y Calculas que dos se iran en el viaje.
El terreno es nieve pura y la moto practicamente se desliza sobre la nieve, hasta que no haya más nieve pasará practicamente el día entero.
//Relata hasta que llegas al fin de la nieve (más o menos la mitad de la linea roja)
Hora 9.30
Sales de la Cueva, ante ti una Moto de gran potencia, la han dejado para tu misión. Una tarjeta, recordandote tu objetivo.
"Elimina a cuantos SeeDs puedas, no caigas presa y regresa"
Un mapa mal doblado con el itinerario.
Tu permiso de Akademeia te permite estar 5 dias fuera. Y Calculas que dos se iran en el viaje.
El terreno es nieve pura y la moto practicamente se desliza sobre la nieve, hasta que no haya más nieve pasará practicamente el día entero.
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Ficha de Personaje
Nivel: 1
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Re: El viaje en Moto
por Belhin Lun Mar 09, 2009 7:22 pm
Mi primera misión.
Era la primera vez que salía del Instituto desde que llegué en un barco prácticamente vacío, con intenciones de mejorar mis habilidades para que la Sombra que me atormentaba se convirtiera en simple materia sin derecho a opinar, para que pudiese dominarla sin problemas. Gracias a mis estudios en la academia, y también gracias a compañeros que, posiblemente, se habrían convertido en mis enemigos tras pasar la prueba para alistarme en los Caballeros Blancos, pude aprender a controlar a la oscuridad que intentaba dominar mi cuerpo para matar sin que yo me diese cuenta. Me gustaba mi personalidad, a veces era fría, siniestra, y comentaba de vez en cuando cosas que podían dañar el corazón del resto de personajes. Pero, a menudo, me gustaba sentirme indefensa, que alguien rodeara sus brazos por mi cuerpo para que me protegiese. El único problema es que me había enamorado de un Soldado, un guerrero de la luz que, seguramente, no renunciaría a ello solo para permanecer a mi lado. A menudo, la duda de haberme alistado en aquel grupo de locos que deseaban que una bruja dominara el mundo inundaba mi mente, confundiéndome y dándome razones para que abandonase ahora que podía. Sabía que, a mucha gente que conocí en el Instituto, me tocaría asesinarla, sin embargo, tenía experiencia en ello. Había matado a gente inocente cuando dormía pacíficamente entre sus sábanas, cuando paseaba de la mano de su pareja, incluso cuando me atacaban por el simple hecho de querer robarme o algo muchísimo peor… También me alisté porque ver a la gente que adoraba la luz queriendo destruir prácticamente toda la Oscuridad me sacaba de quicio. Creía que las sombras también debían dominar terreno. Que, al menos, una cuarta parte nos perteneciera, para que la noche prosiguiera, para que las pesadillas que nuestra mente inventaba continuaran existiendo. Si no hubiese nada que temer en el mundo, si todo fuese paz y harmonía… ¿Qué diversión tendría la vida? Si no tuviésemos nada por lo que luchar, nada por lo que creer… ¿Qué sentido tendría la vida? Aunque opinase de forma diferente a los demás, les estaba haciendo un favor. No perderían el tiempo, ni se aburrirían por estar todos los días ejecutando la misma acción, malgastarían sus segundos en defender lo que aman, en proteger lo que quieren y lo que desean. Yo, desgraciadamente, no tendría nada que proteger, aunque puede que estuviese equivocada… Tal vez, estuviese protegiendo a la misma oscuridad, le estuviese haciendo un favor a las sombras. Quizás… No existen ni los buenos ni los malos, aunque el ser humano se haya acostumbrado a clasificarlos de esa forma. Los buenos son la luz, los malos son la oscuridad. Estoy en total desacuerdo con esa afirmación. Al igual que en innumerables guerras de nuestro pasado, cada uno luchaba por su interés, por sus creencias, por sus pensamientos… por eso, ni la oscuridad es mala ni la luz es buena totalmente. A veces, por encapricharnos en que todos los corazones deben de ser puros, terminaríamos siendo todos robots mecánicos que lo único que harían sería ir al Templo a rezar sus oraciones, invocar Eones sin saber por qué lo hacen, ya que la maldad no existiría en la Tierra… En fin, muchas cosas que… por tontas que parezcan, en la historia de nuestro mundo son grandes, son la base de nuestro origen. Después de permanecer sumida en mis pensamientos durante un buen par de minutos, alcé la mirada para contemplar una preciosa moto de color negro que esperaba frente a la salida de la Cueva, con una nota en la que me recordaba cual era mi objetivo. Me ajusté los guantes negros que cubrían mis delicadas manos, me puse la capucha para ocultar mi rostro, permitiendo que una barbilla perfectamente redonda junto a unos finos labios que cualquier hombre desearía besar fuesen los únicos que pudiesen ver la luz. Me acerqué a la moto, subí y observé con detalle los mecanismos para encenderla. No me costó, puesto que fui una fanática de motos desde pequeña, lo que peor se me daban eran los coches, ya que, tener que manejar un volante, más otro aparato que nunca sabré como se llama, y tres pedales, era demasiado para mí. Quizás si me acostumbraba no me resultaría tan difícil como me lo planteaba… pero, era una negada. Si algo no me salía, no lo intentaría nunca, si algo me salía, lo haría siempre… Era como una especie de norma que yo misma me había planteado para que el ritmo de mi vida fuese más rápido. Quizás no quería perder el tiempo en aprender a conducir coches aunque, me podría resultar muy útil a la hora de huir. No siempre hay motos por todas partes, aparcados en la otra esquina de una calle, la mayoría posee otros vehículos que, sinceramente, ni siquiera me planteé en aprender a conducir. Así que, si me encontraba en una misión, debería terminarla, aunque no tuviese vehículo con el que regresar. Esperaría a que alguien viniese a buscarme o yo misma saldría al peligro para regresar a la Cueva, a nuestra Base Secreta. De momento era la única CB que se había alistado, quizás todos los alumnos del Instituto serían mis enemigos, quizás sería yo la única que lucharía contra todos ellos en una agotadora guerra. Tampoco me importaba, aunque lo que más me dolía era que tuviese que pelear contra la gente que había amado alguna vez, contra las personas que me dieron su apoyo, su cariño y sus consuelos para que me encontrase mejor. Tener que traicionarlos no era plato de buen gusto. Después de sumirme en mis pensamientos por segunda vez, desvié mis ojos hacia el horizonte, para no perder el rumbo, para no perderme entre ese montón de… ¿Nieve? La moto no funcionaba, quizás le faltaba combustible o… Me bajé con rapidez, para observar el motor del vehículo y comprobar que todo iba bien. Al parecer, ninguno de los aparatos, ni siquiera el cargador, estaban rotos o gastados. ¿Qué había ocurrido? Observé a mi alrededor, buscando algo con mi mirada, quizás algún lugar donde la moto sí que pudiese deslizarse o funcionar. Necesitaba llegar cuanto antes a… el lugar donde tendría que llevar a cabo la misión. Si fallaba, nunca podría perdonármelo. No quería que mi jefe, Lord, me viese como una débil que entró en Caballeros Blancos por el simple hecho de divertirse terminando con SeeDs y toda esa raza de guerreros que defendían a la luz como si fuese uno más de la familia. Suspiré con profundidad, ¿Ahora qué hacía? Comencé a caminar entre la nieve, intentando buscar algo que me facilitase el paso, o algo que me ayudase a arrastrar la moto. A lo mejor… ese era el final de mi camino y tendría que continuar a pata… Pero… Tardaría más en cumplir la misión.
Era la primera vez que salía del Instituto desde que llegué en un barco prácticamente vacío, con intenciones de mejorar mis habilidades para que la Sombra que me atormentaba se convirtiera en simple materia sin derecho a opinar, para que pudiese dominarla sin problemas. Gracias a mis estudios en la academia, y también gracias a compañeros que, posiblemente, se habrían convertido en mis enemigos tras pasar la prueba para alistarme en los Caballeros Blancos, pude aprender a controlar a la oscuridad que intentaba dominar mi cuerpo para matar sin que yo me diese cuenta. Me gustaba mi personalidad, a veces era fría, siniestra, y comentaba de vez en cuando cosas que podían dañar el corazón del resto de personajes. Pero, a menudo, me gustaba sentirme indefensa, que alguien rodeara sus brazos por mi cuerpo para que me protegiese. El único problema es que me había enamorado de un Soldado, un guerrero de la luz que, seguramente, no renunciaría a ello solo para permanecer a mi lado. A menudo, la duda de haberme alistado en aquel grupo de locos que deseaban que una bruja dominara el mundo inundaba mi mente, confundiéndome y dándome razones para que abandonase ahora que podía. Sabía que, a mucha gente que conocí en el Instituto, me tocaría asesinarla, sin embargo, tenía experiencia en ello. Había matado a gente inocente cuando dormía pacíficamente entre sus sábanas, cuando paseaba de la mano de su pareja, incluso cuando me atacaban por el simple hecho de querer robarme o algo muchísimo peor… También me alisté porque ver a la gente que adoraba la luz queriendo destruir prácticamente toda la Oscuridad me sacaba de quicio. Creía que las sombras también debían dominar terreno. Que, al menos, una cuarta parte nos perteneciera, para que la noche prosiguiera, para que las pesadillas que nuestra mente inventaba continuaran existiendo. Si no hubiese nada que temer en el mundo, si todo fuese paz y harmonía… ¿Qué diversión tendría la vida? Si no tuviésemos nada por lo que luchar, nada por lo que creer… ¿Qué sentido tendría la vida? Aunque opinase de forma diferente a los demás, les estaba haciendo un favor. No perderían el tiempo, ni se aburrirían por estar todos los días ejecutando la misma acción, malgastarían sus segundos en defender lo que aman, en proteger lo que quieren y lo que desean. Yo, desgraciadamente, no tendría nada que proteger, aunque puede que estuviese equivocada… Tal vez, estuviese protegiendo a la misma oscuridad, le estuviese haciendo un favor a las sombras. Quizás… No existen ni los buenos ni los malos, aunque el ser humano se haya acostumbrado a clasificarlos de esa forma. Los buenos son la luz, los malos son la oscuridad. Estoy en total desacuerdo con esa afirmación. Al igual que en innumerables guerras de nuestro pasado, cada uno luchaba por su interés, por sus creencias, por sus pensamientos… por eso, ni la oscuridad es mala ni la luz es buena totalmente. A veces, por encapricharnos en que todos los corazones deben de ser puros, terminaríamos siendo todos robots mecánicos que lo único que harían sería ir al Templo a rezar sus oraciones, invocar Eones sin saber por qué lo hacen, ya que la maldad no existiría en la Tierra… En fin, muchas cosas que… por tontas que parezcan, en la historia de nuestro mundo son grandes, son la base de nuestro origen. Después de permanecer sumida en mis pensamientos durante un buen par de minutos, alcé la mirada para contemplar una preciosa moto de color negro que esperaba frente a la salida de la Cueva, con una nota en la que me recordaba cual era mi objetivo. Me ajusté los guantes negros que cubrían mis delicadas manos, me puse la capucha para ocultar mi rostro, permitiendo que una barbilla perfectamente redonda junto a unos finos labios que cualquier hombre desearía besar fuesen los únicos que pudiesen ver la luz. Me acerqué a la moto, subí y observé con detalle los mecanismos para encenderla. No me costó, puesto que fui una fanática de motos desde pequeña, lo que peor se me daban eran los coches, ya que, tener que manejar un volante, más otro aparato que nunca sabré como se llama, y tres pedales, era demasiado para mí. Quizás si me acostumbraba no me resultaría tan difícil como me lo planteaba… pero, era una negada. Si algo no me salía, no lo intentaría nunca, si algo me salía, lo haría siempre… Era como una especie de norma que yo misma me había planteado para que el ritmo de mi vida fuese más rápido. Quizás no quería perder el tiempo en aprender a conducir coches aunque, me podría resultar muy útil a la hora de huir. No siempre hay motos por todas partes, aparcados en la otra esquina de una calle, la mayoría posee otros vehículos que, sinceramente, ni siquiera me planteé en aprender a conducir. Así que, si me encontraba en una misión, debería terminarla, aunque no tuviese vehículo con el que regresar. Esperaría a que alguien viniese a buscarme o yo misma saldría al peligro para regresar a la Cueva, a nuestra Base Secreta. De momento era la única CB que se había alistado, quizás todos los alumnos del Instituto serían mis enemigos, quizás sería yo la única que lucharía contra todos ellos en una agotadora guerra. Tampoco me importaba, aunque lo que más me dolía era que tuviese que pelear contra la gente que había amado alguna vez, contra las personas que me dieron su apoyo, su cariño y sus consuelos para que me encontrase mejor. Tener que traicionarlos no era plato de buen gusto. Después de sumirme en mis pensamientos por segunda vez, desvié mis ojos hacia el horizonte, para no perder el rumbo, para no perderme entre ese montón de… ¿Nieve? La moto no funcionaba, quizás le faltaba combustible o… Me bajé con rapidez, para observar el motor del vehículo y comprobar que todo iba bien. Al parecer, ninguno de los aparatos, ni siquiera el cargador, estaban rotos o gastados. ¿Qué había ocurrido? Observé a mi alrededor, buscando algo con mi mirada, quizás algún lugar donde la moto sí que pudiese deslizarse o funcionar. Necesitaba llegar cuanto antes a… el lugar donde tendría que llevar a cabo la misión. Si fallaba, nunca podría perdonármelo. No quería que mi jefe, Lord, me viese como una débil que entró en Caballeros Blancos por el simple hecho de divertirse terminando con SeeDs y toda esa raza de guerreros que defendían a la luz como si fuese uno más de la familia. Suspiré con profundidad, ¿Ahora qué hacía? Comencé a caminar entre la nieve, intentando buscar algo que me facilitase el paso, o algo que me ayudase a arrastrar la moto. A lo mejor… ese era el final de mi camino y tendría que continuar a pata… Pero… Tardaría más en cumplir la misión.
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Re: El viaje en Moto
por AdminX Lun Mar 09, 2009 9:18 pm
Dia 2
4.45 am
La moto se rompe.
Estás en la Frontera del Continente de Esthar con el de Balamb. Una pequeña garita fronteriza se abre ante tus ojos. Una valla de metal solido y de 6 metros de alto recorre la Frontera, al Entrar en la Garita la puerta se abre, solo hay un Soldado, algo joven que te pide la identificación en un tono rutinario. Está cansado.
Aún quedan unas horas para el alba, el clima es frio y la noche perpetua, la única luz en millas es la de la hoguera de la Garita que ilumina la pequeña habitación del Guardia que tiene que Salir a Abrir la puerta de todo el que quiere cruzar la Frontera.
¿Qué haces?
//Off: Por Shiva y sus primos usa parrafos que casi se me caen los ojos.
4.45 am
La moto se rompe.
Estás en la Frontera del Continente de Esthar con el de Balamb. Una pequeña garita fronteriza se abre ante tus ojos. Una valla de metal solido y de 6 metros de alto recorre la Frontera, al Entrar en la Garita la puerta se abre, solo hay un Soldado, algo joven que te pide la identificación en un tono rutinario. Está cansado.
Aún quedan unas horas para el alba, el clima es frio y la noche perpetua, la única luz en millas es la de la hoguera de la Garita que ilumina la pequeña habitación del Guardia que tiene que Salir a Abrir la puerta de todo el que quiere cruzar la Frontera.
¿Qué haces?
//Off: Por Shiva y sus primos usa parrafos que casi se me caen los ojos.
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Re: El viaje en Moto
por Belhin Lun Mar 09, 2009 9:35 pm
Después de varios intentos para atravesar la nieve con la moto, se rompió. Comprobé innumerables veces el motor del vehículo hasta que me di por vencida, dejando la enorme preciosidad abandonada entre la nieve. Me abracé a mí misma, caminando en busca de Alexandria. Guiándome por la única luz que iluminaba aquel tétrico paisaje, las estrellas. Pronto pasaron las horas, yo proseguía sumida en mis pensamientos y concentrada en mi pasado. Éstos se interrumpieron cuando choqué contra una roca y por poco rocé el suelo con todo mi cuerpo. Conseguí volver a ponerme en pie y me detuvo un par de minutos para colocarme de nuevo la capucha, ya que se voló y permitió que mi rostro fuese visible por culpa del pequeño vaivén después del tropiezo.
Nada más llegar a la Frontera, una enorme vaya de seis metros se alzaba sobre mí, impidiéndome cruzarla. Al entrar en la Garita, la puerta se abrió y un Soldado bastante joven, algo agotado por estar todos los días realizando la misma rutina, me pidió que me identificase. Ladeé la cabeza hacia él, seria, planteándome qué debería hacer. Podía entrar por las buenas, diciendo mi verdadero nombre, el nombre que me pusieron mis padres, Morte Sanctuary. Así evitaría problemas, evitaría tener que pelear contra alguien. Sin embargo, si no le mostraba la identificación aquel novato podría causarme problemas. Mis ojos se clavaron en los suyos, aunque él no podía verlos, contemplando con cierto interés las ojeras que se le habían originado por estar toda la noche en vela, esperando a que algo ocurriese en esas rejas. Esperé durante unos segundos hasta que noté la impaciencia del Soldado. Tras aquello, provoqué que mis labios se curvaran para formar así una sonrisa agradable y dulce:
-¿A caso crees que una mujer con frío y ganas de llegar a su casa tiene tiempo para conversar con un Soldado sobre su identificación? –Dije en un tono de burla, pero al mismo tiempo elegante, sonriente.
Sabía que su primera respuesta sería “No puedo dejarte pasar, son órdenes. Pueden echarme por no cumplirlas.”, así que, sin mediar palabra, me acerqué a él con lentitud, lo suficiente como para sentir el aliento surgirle de sus labios, al mismo tiempo que sus pulmones se llenaban de aire frío, para ser expulsado después por su nariz. Sonreí por segunda vez, esperando a que me hablase. Al parecer, se había quedado sin palabras. A lo mejor nunca había estado tan cerca de una mujer o, tal vez, creería que era una de esas pervertidas que no tiene otra cosa que hacer en la vida, solo atosigar a los hombres para ver si pillaba algo.
-Creo que usted y yo nos vamos a entender bastante bien.
Súbitamente, en un abrir y cerrar de ojos, desenvainé mi espada cadeneta que se encontraba bajo una larga capa unida a mi capucha, y, con un movimiento elegante, coloqué el filo de mi arma sobre el cuello del Soldado, hundiendo lo suficiente como para que varios brotes de sangre se deslizasen por su piel. Lo haría primero por las buenas, le intentaría obligar a que me abriese la puerta a cambio de que callase. Si no me hacía caso, terminaría con su vida.
-Tienes tres opciones. La primera, es abrir la puerta y callar que he pasado por aquí. La segunda es dejarme pasar y avisar a tus compañeros, pero eso trae consecuencias… Volvería a por ti y serías el primero en morir. La tercera sería intentar luchar contra mí pero, créeme, soy una mujer pero no soy nada débil. Acabarías inerte bajo mis pies. Decide, no tengo mucho tiempo.
Sabía que era un acto un tanto peligroso. Pero no me apetecía tener que derramar sangre de gente que no fuese SeeD.
Off: Lo siento xDD
Nada más llegar a la Frontera, una enorme vaya de seis metros se alzaba sobre mí, impidiéndome cruzarla. Al entrar en la Garita, la puerta se abrió y un Soldado bastante joven, algo agotado por estar todos los días realizando la misma rutina, me pidió que me identificase. Ladeé la cabeza hacia él, seria, planteándome qué debería hacer. Podía entrar por las buenas, diciendo mi verdadero nombre, el nombre que me pusieron mis padres, Morte Sanctuary. Así evitaría problemas, evitaría tener que pelear contra alguien. Sin embargo, si no le mostraba la identificación aquel novato podría causarme problemas. Mis ojos se clavaron en los suyos, aunque él no podía verlos, contemplando con cierto interés las ojeras que se le habían originado por estar toda la noche en vela, esperando a que algo ocurriese en esas rejas. Esperé durante unos segundos hasta que noté la impaciencia del Soldado. Tras aquello, provoqué que mis labios se curvaran para formar así una sonrisa agradable y dulce:
-¿A caso crees que una mujer con frío y ganas de llegar a su casa tiene tiempo para conversar con un Soldado sobre su identificación? –Dije en un tono de burla, pero al mismo tiempo elegante, sonriente.
Sabía que su primera respuesta sería “No puedo dejarte pasar, son órdenes. Pueden echarme por no cumplirlas.”, así que, sin mediar palabra, me acerqué a él con lentitud, lo suficiente como para sentir el aliento surgirle de sus labios, al mismo tiempo que sus pulmones se llenaban de aire frío, para ser expulsado después por su nariz. Sonreí por segunda vez, esperando a que me hablase. Al parecer, se había quedado sin palabras. A lo mejor nunca había estado tan cerca de una mujer o, tal vez, creería que era una de esas pervertidas que no tiene otra cosa que hacer en la vida, solo atosigar a los hombres para ver si pillaba algo.
-Creo que usted y yo nos vamos a entender bastante bien.
Súbitamente, en un abrir y cerrar de ojos, desenvainé mi espada cadeneta que se encontraba bajo una larga capa unida a mi capucha, y, con un movimiento elegante, coloqué el filo de mi arma sobre el cuello del Soldado, hundiendo lo suficiente como para que varios brotes de sangre se deslizasen por su piel. Lo haría primero por las buenas, le intentaría obligar a que me abriese la puerta a cambio de que callase. Si no me hacía caso, terminaría con su vida.
-Tienes tres opciones. La primera, es abrir la puerta y callar que he pasado por aquí. La segunda es dejarme pasar y avisar a tus compañeros, pero eso trae consecuencias… Volvería a por ti y serías el primero en morir. La tercera sería intentar luchar contra mí pero, créeme, soy una mujer pero no soy nada débil. Acabarías inerte bajo mis pies. Decide, no tengo mucho tiempo.
Sabía que era un acto un tanto peligroso. Pero no me apetecía tener que derramar sangre de gente que no fuese SeeD.
Off: Lo siento xDD
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Re: El viaje en Moto
por AdminX Lun Mar 09, 2009 9:51 pm
Dia 2
5.00 am
El Soldado tirita, intenta aferrar su espada en su cinto pero está muy nervioso, tiembla y cierra los ojos. Una lagrima resbala por su mejilla.
-No me mate....por favor.....mis hermanos.....no me mate.....piedad
El intento de contener su llanto solo haci más patetica la imagen del Soldado raso de Alexandría el cual señaló un Boton en la mesa...
-Eso abre la puerta..... por favor, se lo ruego.....
Tras la puerta que abría el botón se encontraba una basta pradera, con un camino serpenteante que daba un gran giro evitando un bosque oscuro y denso. El Bosque de Alexandría.
Habia distintas opciones, ir por el bosque o ir por la carretera, el alba asomaba a lo lejos.
//Off rol: No interpreto nada más con el Soldado para que decidas que hacer libremente. Relata hasta que caminas en una de las dos opciones.
5.00 am
El Soldado tirita, intenta aferrar su espada en su cinto pero está muy nervioso, tiembla y cierra los ojos. Una lagrima resbala por su mejilla.
-No me mate....por favor.....mis hermanos.....no me mate.....piedad
El intento de contener su llanto solo haci más patetica la imagen del Soldado raso de Alexandría el cual señaló un Boton en la mesa...
-Eso abre la puerta..... por favor, se lo ruego.....
Tras la puerta que abría el botón se encontraba una basta pradera, con un camino serpenteante que daba un gran giro evitando un bosque oscuro y denso. El Bosque de Alexandría.
Habia distintas opciones, ir por el bosque o ir por la carretera, el alba asomaba a lo lejos.
//Off rol: No interpreto nada más con el Soldado para que decidas que hacer libremente. Relata hasta que caminas en una de las dos opciones.
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Re: El viaje en Moto
por Belhin Lun Mar 09, 2009 10:05 pm
La contestación del Soldado me sorprendió, pero no solo sus palabras, sino también su reacción. Mis ojos se volvieron como enormes platos, disminuyendo las pupilas en cuestión de segundos. No pude dejar de contemplar esa lágrima que recorría una de las mejillas del rostro horrorizado del novato. Perpleja, entrecerré los labios, como para decir algo, sin embargo, mis cuerdas vocales no se atrevieron a vibrar, a producir sonido alguno. Así que, lo único que pude hacer fue asentir en silencio, con una tercera sonrisa que intenté que se asemejase más a un agradecimiento. Quería intentar consolar al soldado o darle consejos para que su próxima actitud no fuese así, ya que esa forma de actuar solo le traería problemas. También quería sugerirle que pidiese ayuda, que nunca estuviese solo a esas horas de la noche, haciendo guardia. Tal vez me equivocaba y estaba siendo demasiado buena con él, pero era mi forma de ser. A pesar de pertenecer a los Caballeros Blancos, a pesar de ser una asesina y querer matar todo lo que se cruzaba por mi camino, tenía un buen corazón que escondería siempre que mi jefe, Lord, se encontrase frente a mí. Me di la vuelta para pulsar el botón:
-Si coges la espada sería un error muy grande. –Le sugerí sin mirarlo, creyendo que podría haberme engañado para aprovechar el momento y atacarme sin que yo me percatase-. Aprovecha que te haya concedido más tiempo de vida y disfruta.
Más tarde, me dirigí hacia la puerta. Debía decidir en ir por el bosque o por la carretera. Antes de realizar ninguna acción me lo planteé bien. Si caminaba por un lugar donde el asfalto cubría el suelo, era más fácil que los Soldados o los SeeD me viesen, si es que se encontraban por allí cerca, claro. Sería un blanco fácil, un simple conejo atrapado en un hoyo del que no podría salir. Estaría a la vista de cualquier francotirador, sería un objetivo fácil… Era un camino malo, al menos para mí, ya que después de que la Oscuridad desapareciese, la luz cubriría mi rostro y, seguramente, por el brillo de la luz de los rayos del Sol me impediría ver más allá, hacia el horizonte, al menos durante el amanecer.
Ladeé la cabeza hacia el otro camino, que me conduciría a través de altos árboles, entre la naturaleza. Como siempre el había declarado a mis compañeros del Instituto, adoraba todo lo que estuviese relacionado con las plantas y me gustaba caminar entre lo vivo. Por eso mismo, decidí tomar ese camino, por eso mismo, en el Instituto me dedicaba a tumbarme en la hierba de los Jardines, desde que llegué al gran centro de estudios ese era el lugar donde me gustaba acudir a meditar. Me encogí de hombros, mientras atravesaba la puerta y volvía a guardar mi espada cadeneta en su funda, cubriéndola por mi larga capa oscura. Posé mis manos en el broche que unía la capucha con la capa, para ajustarla, para evitar que ambas pudiesen caer. Tal vez no lo hice por eso, quizás fue porque en ese instante necesité tragar saliva y si no me ajustaba el broche me ahogaría.
Posé una mano sobre la áspera corteza de uno de los árboles, mientras detenía mi peregrinaje durante unos instantes para recuperar el aliento. La carretera estaría repleta de Soldados, el bosque cubierto de monstruos… ¿Había elegido la mejor opción?
-Fuese cual fuese el camino correcto, ya he decidido. –Me dije a mí misma intentando calmarme.
-Si coges la espada sería un error muy grande. –Le sugerí sin mirarlo, creyendo que podría haberme engañado para aprovechar el momento y atacarme sin que yo me percatase-. Aprovecha que te haya concedido más tiempo de vida y disfruta.
Más tarde, me dirigí hacia la puerta. Debía decidir en ir por el bosque o por la carretera. Antes de realizar ninguna acción me lo planteé bien. Si caminaba por un lugar donde el asfalto cubría el suelo, era más fácil que los Soldados o los SeeD me viesen, si es que se encontraban por allí cerca, claro. Sería un blanco fácil, un simple conejo atrapado en un hoyo del que no podría salir. Estaría a la vista de cualquier francotirador, sería un objetivo fácil… Era un camino malo, al menos para mí, ya que después de que la Oscuridad desapareciese, la luz cubriría mi rostro y, seguramente, por el brillo de la luz de los rayos del Sol me impediría ver más allá, hacia el horizonte, al menos durante el amanecer.
Ladeé la cabeza hacia el otro camino, que me conduciría a través de altos árboles, entre la naturaleza. Como siempre el había declarado a mis compañeros del Instituto, adoraba todo lo que estuviese relacionado con las plantas y me gustaba caminar entre lo vivo. Por eso mismo, decidí tomar ese camino, por eso mismo, en el Instituto me dedicaba a tumbarme en la hierba de los Jardines, desde que llegué al gran centro de estudios ese era el lugar donde me gustaba acudir a meditar. Me encogí de hombros, mientras atravesaba la puerta y volvía a guardar mi espada cadeneta en su funda, cubriéndola por mi larga capa oscura. Posé mis manos en el broche que unía la capucha con la capa, para ajustarla, para evitar que ambas pudiesen caer. Tal vez no lo hice por eso, quizás fue porque en ese instante necesité tragar saliva y si no me ajustaba el broche me ahogaría.
Posé una mano sobre la áspera corteza de uno de los árboles, mientras detenía mi peregrinaje durante unos instantes para recuperar el aliento. La carretera estaría repleta de Soldados, el bosque cubierto de monstruos… ¿Había elegido la mejor opción?
-Fuese cual fuese el camino correcto, ya he decidido. –Me dije a mí misma intentando calmarme.
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Re: El viaje en Moto
por AdminX Lun Mar 09, 2009 10:18 pm
El Bosque es nudoso, cruje todo, parece como si algo fuese a pasar, es un bosque mágico todo cambia las ramas de mueven de manera erratica, algo falla.
En efecto, del propio suelo varias raices se lanzan como lanzas a por tí. Una planta llena de Grandes raices danza ante ti, su edor es descomunal, a carne muerta en descomposición.
Nombre: Jaula Carnivora
Nivel: 2
PV: 50/50
PV Raiz A: 10/10
PV Raiz B: 10/10
Ataque Normal: 20 PV
Ataque especial: Encarcelar (Absorbe 15 PV)
Ataque Contraataque (Si Raices Vivas): Latigazo 70 PV
La Jaula Danza, pero es imposible acercarse a ella, no con esas raices ahí.
----------------------
Secuencia en Tiempo Real
---------------------
En el puesto fronterizo....
El Soldado mira a su alrrededor, ya hace media hora que marchaste seca sus falsas lágrimas y actua como su protocolo manda. Envia una señal a Alexandría por Radio.
----------------------------
----------------------------
El Enemigo hace:
Ataque Normal
Belhin
PV: 180/180
PM: 110/110
En efecto, del propio suelo varias raices se lanzan como lanzas a por tí. Una planta llena de Grandes raices danza ante ti, su edor es descomunal, a carne muerta en descomposición.
Nombre: Jaula Carnivora
Nivel: 2
PV: 50/50
PV Raiz A: 10/10
PV Raiz B: 10/10
Ataque Normal: 20 PV
Ataque especial: Encarcelar (Absorbe 15 PV)
Ataque Contraataque (Si Raices Vivas): Latigazo 70 PV
La Jaula Danza, pero es imposible acercarse a ella, no con esas raices ahí.
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Secuencia en Tiempo Real
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En el puesto fronterizo....
El Soldado mira a su alrrededor, ya hace media hora que marchaste seca sus falsas lágrimas y actua como su protocolo manda. Envia una señal a Alexandría por Radio.
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El Enemigo hace:
Ataque Normal
Belhin
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Re: El viaje en Moto
por Belhin Lun Mar 09, 2009 10:32 pm
Acción.
Dejé que mis enormes perlas brillantes declararan a aquel monstruo que no le temía. Que la batalla terminaría pronto, ya que tenía esperanzas de que muriese de un simple plumazo. Aunque, no iba a ser así, claro estaba. La dificultad reinaba en el mundo de Gea. La dificultad se aproximaba a cada paso que me acercaba a Alexandria, incluso los problemas serían mayores si no cambiaba de actitud. Me puse en posición de ataque, en guardia, posando mi espada cadeneta entre mi cuerpo y el del monstruo que se encontraba frente a mí. Murmuré unas palabras:
-Podrido estás, en cenizas te convertirás.
No me acostumbraba a hacer rimas, o mejor dicho, greguerías en modo burla. Y menos dirigidas a una simple bestia que ni oídos ni ojos poseía. No tenía cerebro ni uso de la razón, ni siquiera podía sentir, no podía tener remordimientos. Así que, me alegró convencerme de aquello, puesto que prefería que mis víctimas tuviesen una muerte rápida. Rectifico, las víctimas que no fuesen seres humanos, porque todo aquel que fuese una persona me agradaba más verle morir lentamente. Me estaba reservando ese goce para los próximos SeeD que saborearían el filo de mi espada.
-Pequeña criatura, te has precipitado demasiado.
Comenté, al percatarme de que el monstruo había decidido elevar una de sus raíces, con la intención de lanzarla en picado sobre mí para herirme. Suerte que, al inicio de la batalla, había decidido ponerme en guardia. Gracias a la estrategia, su brazo colisionó contra mi arma, originando un estruendo desagradable que, por poco, me dejó sorda. Mientras retrocedía por la gran fuerza que poseía la enorme bestia, me mordí el labio inferior, sujetando con fuera el pomo de la espada, aguantando con una mano el filo para que, cuando se produjera el golpe, no me diese directamente en el rostro.
No tenía tanta fuerza como creía que poseía, por eso debía andar con cuidado.
- La próxima vez que quieres herirme, hazlo con el coco –Me burlé, aunque no debería haberlo hecho. Tal vez me costaría bastante caro aquel acto-. Solo dime una cosa… animal. ¿Te gusta el Infierno? Espero que sí, porque serán tus próximas vacaciones.
Retrocedí unos pasos, para marcar un espacio entre el monstruo y yo, para localizar con rapidez sus ataques, por si tenía que esquivarlo.
OFFROL:
Me defiendo.
Nombre: Defender
Descripción: Te defiende 30PV de todo tipo de ataque que no requiera Esquiva Mágica o Especial.
Tipo: Físico
Coste: 10 PM
Daño: 0 PV
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180/180 PV
100/110 PM
Dejé que mis enormes perlas brillantes declararan a aquel monstruo que no le temía. Que la batalla terminaría pronto, ya que tenía esperanzas de que muriese de un simple plumazo. Aunque, no iba a ser así, claro estaba. La dificultad reinaba en el mundo de Gea. La dificultad se aproximaba a cada paso que me acercaba a Alexandria, incluso los problemas serían mayores si no cambiaba de actitud. Me puse en posición de ataque, en guardia, posando mi espada cadeneta entre mi cuerpo y el del monstruo que se encontraba frente a mí. Murmuré unas palabras:
-Podrido estás, en cenizas te convertirás.
No me acostumbraba a hacer rimas, o mejor dicho, greguerías en modo burla. Y menos dirigidas a una simple bestia que ni oídos ni ojos poseía. No tenía cerebro ni uso de la razón, ni siquiera podía sentir, no podía tener remordimientos. Así que, me alegró convencerme de aquello, puesto que prefería que mis víctimas tuviesen una muerte rápida. Rectifico, las víctimas que no fuesen seres humanos, porque todo aquel que fuese una persona me agradaba más verle morir lentamente. Me estaba reservando ese goce para los próximos SeeD que saborearían el filo de mi espada.
-Pequeña criatura, te has precipitado demasiado.
Comenté, al percatarme de que el monstruo había decidido elevar una de sus raíces, con la intención de lanzarla en picado sobre mí para herirme. Suerte que, al inicio de la batalla, había decidido ponerme en guardia. Gracias a la estrategia, su brazo colisionó contra mi arma, originando un estruendo desagradable que, por poco, me dejó sorda. Mientras retrocedía por la gran fuerza que poseía la enorme bestia, me mordí el labio inferior, sujetando con fuera el pomo de la espada, aguantando con una mano el filo para que, cuando se produjera el golpe, no me diese directamente en el rostro.
No tenía tanta fuerza como creía que poseía, por eso debía andar con cuidado.
- La próxima vez que quieres herirme, hazlo con el coco –Me burlé, aunque no debería haberlo hecho. Tal vez me costaría bastante caro aquel acto-. Solo dime una cosa… animal. ¿Te gusta el Infierno? Espero que sí, porque serán tus próximas vacaciones.
Retrocedí unos pasos, para marcar un espacio entre el monstruo y yo, para localizar con rapidez sus ataques, por si tenía que esquivarlo.
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Re: El viaje en Moto
por AdminX Lun Mar 09, 2009 10:38 pm
El brazo choca contra el arma quedando inutil totalmente. Belhin habia tenido suerte, pues se había impactado la rama con el filo de su arma y se había herido sola.
Aún quedaba un brazo que se lanzó en un Golpetazo tremento, dirección a su pecho.
La Jaula no paraba de Bailar, saltaba y botaba.
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El Enemigo hace:
Ataque Normal
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Nivel: 2
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PV Raiz B: 10/10
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Aún quedaba un brazo que se lanzó en un Golpetazo tremento, dirección a su pecho.
La Jaula no paraba de Bailar, saltaba y botaba.
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Re: El viaje en Moto
por Belhin Lun Mar 09, 2009 10:49 pm
Fue inútil querer esquivar el segundo golpe. No lo vi, no fui capaz de observarlo por la simple razón de que el filo de mi espada había cubrido mis ojos cuando me estaba defendiendo y, por ese pequeño inconveniente, salté por los aires y caí rodando hasta que mi cuerpo colisionó contra el tronco de un árbol. Posé mis manos sobre el suelo y alcé la mirada, a la vez que me incorporaba y recogía mi espada cadeneta, puesto que se me resvaló de las manos en el golpe. Después, eché a reír. Parecía una loca que acababa de salir del manicomio:
-Muy bien, pequeño. Me parece que no te gusta el Infierno, y que te gustaría ir a otra parte de vacaciones. Por lo que he podido entender.
Guardé mi espada y caminé hacia la bestia, lo suficiente como para que la distancia me permitiese atacarle. Posé mis manos sobre mi pecho, el lugar donde me hirió la bestia y, cerrando los ojos, dejé que la Sombra que dominaba mi interior, surgiese, fluyese de mis venas, para unirse todas en mi órgano vital, quién marcaba los pasos del bombeo de mi sangre. Me elevé unos pocos centímetros, gozando del poder que en ese mismo instante se había apoderado de mi cuerpo. Procuré que ninguna de esas sombras pudiese despertar interés en dominarme, aunque lo que más me importaba en aquel instante era terminar con la bestia y proseguir con mi viaje.
-Lo que más rabia me da es que no me hayan enviado ningún aliado... -Comenté cuando parecía que iba a dejar de conjurar el hechizo.
En un abrir y cerrar de ojos, la Oscuridad surgió de mi interior, envolviendo todo mi cuerpo, haciéndome gritar como si el dolor fuese para mí y no para la Jaula Carnívora. Aunque la sensación estuviese agotándome, me encantaba sentir como la Oscuridad acudía a mi llamada, aunque no pronunciase ninguna palabra. Poco a poco, las sombras surgieron de forma violenta de todas partes de mi cuerpo, abalanzándose sobre el monstruo. Después de caer al suelo de rodillas, habiendo sentido antes el viento que ocasionó mi golpe cuando chocó contra la bestia, pronuncié unas palabras:
-Venga, pequeño. ¿Sigues deseando No ir al Infierno?
OFFROL:
Ataco al monstruo. A las raíces no, a lo otro xD Al cuerpo.
Nombre: Piro Sombrio
Descripción: Lanza una bola de sombras creada con sombras del entorno. A los Magos Blancos (MB) y Paladines (P) les hace un daño más severo.
Tipo: Mágico
Coste:20 PM
Daño: 30 PV // 40 PV (MB y P)
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-Muy bien, pequeño. Me parece que no te gusta el Infierno, y que te gustaría ir a otra parte de vacaciones. Por lo que he podido entender.
Guardé mi espada y caminé hacia la bestia, lo suficiente como para que la distancia me permitiese atacarle. Posé mis manos sobre mi pecho, el lugar donde me hirió la bestia y, cerrando los ojos, dejé que la Sombra que dominaba mi interior, surgiese, fluyese de mis venas, para unirse todas en mi órgano vital, quién marcaba los pasos del bombeo de mi sangre. Me elevé unos pocos centímetros, gozando del poder que en ese mismo instante se había apoderado de mi cuerpo. Procuré que ninguna de esas sombras pudiese despertar interés en dominarme, aunque lo que más me importaba en aquel instante era terminar con la bestia y proseguir con mi viaje.
-Lo que más rabia me da es que no me hayan enviado ningún aliado... -Comenté cuando parecía que iba a dejar de conjurar el hechizo.
En un abrir y cerrar de ojos, la Oscuridad surgió de mi interior, envolviendo todo mi cuerpo, haciéndome gritar como si el dolor fuese para mí y no para la Jaula Carnívora. Aunque la sensación estuviese agotándome, me encantaba sentir como la Oscuridad acudía a mi llamada, aunque no pronunciase ninguna palabra. Poco a poco, las sombras surgieron de forma violenta de todas partes de mi cuerpo, abalanzándose sobre el monstruo. Después de caer al suelo de rodillas, habiendo sentido antes el viento que ocasionó mi golpe cuando chocó contra la bestia, pronuncié unas palabras:
-Venga, pequeño. ¿Sigues deseando No ir al Infierno?
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Ataco al monstruo. A las raíces no, a lo otro xD Al cuerpo.
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Re: El viaje en Moto
por AdminX Mar Mar 10, 2009 12:11 am
Dia 2
6.00 am
Con los rayos de amanecer se creo el Piro Sombrio de Belhin el cual se deshizo antes de llegar al cuerpo del bicho, que arremetió con una furia Imparable contra la Animadora de la Orden de los Caballeros Blancos.
El latigazo fué atrzo y tras eso comenzó a Bailar. La Rama que tenía muerta comenzó a vibrar
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El Enemigo hace:
Contraataque (imposible de esquivar)
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PV Raiz A: 10/10
PV Raiz B: 0/10 (recuperandose)
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6.00 am
Con los rayos de amanecer se creo el Piro Sombrio de Belhin el cual se deshizo antes de llegar al cuerpo del bicho, que arremetió con una furia Imparable contra la Animadora de la Orden de los Caballeros Blancos.
El latigazo fué atrzo y tras eso comenzó a Bailar. La Rama que tenía muerta comenzó a vibrar
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Re: El viaje en Moto
por Belhin Mar Mar 10, 2009 4:29 pm
Algo no funcionaba bien, ¿Por qué mi ataque oscuro no había llegado a rozar el cuerpo del monstruo? ¿Qué era lo que no andaba bien? ¿A caso había alguna especie de escudo a su alrededor? Mientras me cuestionaba esas preguntas, no me percaté de que la enorme bestia decidió contraatacar, posando sus largos brazos podridos sobre la Tierra para realizar un pequeño impulso que elevaría su cuerpo unos pocos centímetros antes de arremeter contra mí. No pude evitar el ataque, no fui capaz de esquivarlo, ya que todo ocurrió demasiado deprisa. Los minutos se convirtieron en segundos… y estos últimos decidieron pasar a transformarse en microsegundos. En un chasquido de dedos, mi cuerpo comenzaba a pesarme demasiado, sentía como las fuerzas se iban gastando a cada instante que transcurría, cosa que me hizo reflexionar sobre la situación antes de actuar de una manera u otra. Si ninguno de mis ataques fue acertado querría decir que mi forma de actuar durante la batalla había sido nula, es decir, no valía, no beneficiaba y, lo peor de todo, me perjudicaba. Al caer al suelo me incorporé nuevamente. Por un momento creí que iba a estar durante toda la lucha arrastrándome entre la hierba que rodeaba el escenario, adornando los pies de algunos árboles, escondiéndose bajo matorrales que, a diferencia del monstruo, no estaban podridos.
-Eso es…
La idea vino a mí tan pronto como pudo. Cerré los ojos, intentando mantener la calma, aferrando con tanta fuerza el pomo de mi espada que, a veces, creí que iba a partirlo en dos. Mi cuerpo se tensó, parecía que acababa de posar mi espalda sobre una pared. No había estado tan recta en mi vida, planteándome lo que debía hacer. Le estaba dando puntos de ventaja al monstruo, tenía que buscar una solución que diese la vuelta a la tortilla. Una musiquita me vino en mente, era el cántico de la muerte… Las sombras me ayudarían a derrotarlo, con una condición. Creer en ellas y no utilizarlas como simple material, aunque ello significase que iban a tomar el control de mi cuerpo. Sabía que no saldría de ésta si luchaba con dos personas al mismo tiempo, una sería la bestia, la otra sería la oscuridad. Tenía que dejar que uno de mis dos enemigos tomase el control, que fuese el vencedor.
Meditándolo, la idea que anteriormente había invadido mi cabeza volvió a surgir como un simple destello en el abismo de mi corazón que obligó a casi toda la oscuridad desprenderse de mi interior, fluyendo por mi cuerpo para rodear mi brazo, uniéndolo con la espada que aún sostenía. Abrí los ojos en cuestión de segundos, al mismo tiempo que un grito de guerra surgía de entre mis labios, mientras que con un simple movimiento de muñeca horizontal, obligaba a la espada a descomponerse en pequeños bloques de filo, unidos por una cuerda. La espada cadeneta se había activado, podría decirse así. Se alargó hacia el monstruo, rodeando uno de sus brazos podridos que mantuve paralizado un par de minutos, para poder hablarle nuevamente al monstruo:
-Estoy harta de ti, es hora de terminar con esto.
Realicé presión con mi brazo, para obligar a la espada volver hacia mí. Como era lógico, esto traería consecuencias. Se llevó el brazo consigo que, antes de llegar al mismo lugar donde yo me encontraba, se había transformado en cenizas, en simples pétalos o, tal vez, la corteza que rodeaba su brazo. No me importaba qué era lo que había ocurrido. Una sonrisa se dibujó en mis labios, arqueando una de mis cejas a su vez, esperando la respuesta del animal.
OFFROL:
Ataco al brazo A.
Nombre: Atacar
Descripción: Ataque que quita 10 PV
Tipo: Físico
Coste: 0 PM
Daño: 10 PV
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80/110 PM
-Eso es…
La idea vino a mí tan pronto como pudo. Cerré los ojos, intentando mantener la calma, aferrando con tanta fuerza el pomo de mi espada que, a veces, creí que iba a partirlo en dos. Mi cuerpo se tensó, parecía que acababa de posar mi espalda sobre una pared. No había estado tan recta en mi vida, planteándome lo que debía hacer. Le estaba dando puntos de ventaja al monstruo, tenía que buscar una solución que diese la vuelta a la tortilla. Una musiquita me vino en mente, era el cántico de la muerte… Las sombras me ayudarían a derrotarlo, con una condición. Creer en ellas y no utilizarlas como simple material, aunque ello significase que iban a tomar el control de mi cuerpo. Sabía que no saldría de ésta si luchaba con dos personas al mismo tiempo, una sería la bestia, la otra sería la oscuridad. Tenía que dejar que uno de mis dos enemigos tomase el control, que fuese el vencedor.
Meditándolo, la idea que anteriormente había invadido mi cabeza volvió a surgir como un simple destello en el abismo de mi corazón que obligó a casi toda la oscuridad desprenderse de mi interior, fluyendo por mi cuerpo para rodear mi brazo, uniéndolo con la espada que aún sostenía. Abrí los ojos en cuestión de segundos, al mismo tiempo que un grito de guerra surgía de entre mis labios, mientras que con un simple movimiento de muñeca horizontal, obligaba a la espada a descomponerse en pequeños bloques de filo, unidos por una cuerda. La espada cadeneta se había activado, podría decirse así. Se alargó hacia el monstruo, rodeando uno de sus brazos podridos que mantuve paralizado un par de minutos, para poder hablarle nuevamente al monstruo:
-Estoy harta de ti, es hora de terminar con esto.
Realicé presión con mi brazo, para obligar a la espada volver hacia mí. Como era lógico, esto traería consecuencias. Se llevó el brazo consigo que, antes de llegar al mismo lugar donde yo me encontraba, se había transformado en cenizas, en simples pétalos o, tal vez, la corteza que rodeaba su brazo. No me importaba qué era lo que había ocurrido. Una sonrisa se dibujó en mis labios, arqueando una de mis cejas a su vez, esperando la respuesta del animal.
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Re: El viaje en Moto
por AdminX Mar Mar 10, 2009 4:53 pm
Dia 2
6.15 am
El Brazo Salta por los aires, pero el otro comienza a vibrar más, consiguiendo algo de vitalidad.
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El Enemigo hace:
Nada, no puede atacar.
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6.15 am
El Brazo Salta por los aires, pero el otro comienza a vibrar más, consiguiendo algo de vitalidad.
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Re: El viaje en Moto
por Belhin Mar Mar 10, 2009 5:05 pm
Al ver que el monstruo no atacaba, fue el momento exacto en el que decidí contraatacar. Anteriormente, invocando a las sombras, fue un intento inútil, puesto que la oscuridad se desvaneció antes de que llegase al cuerpo del animal. La decisión estaba más que clara, no utilizaría la espada cadeneta para arremeter contra el cuerpo de la Jaula Carnívora, sino para los brazos. Corrí hacia el cuerpo de la bestia y me coloqué detrás de ella, intentando obligarle a que diese la vuelta. No era una fanática de monstruos, ni me dedicaba a estudiarlos paso a paso, pero deduje que con sus piernas tan cortas, tardaría más en darse la vuelta. Al menos me daría tiempo suficiente como para poder intentar de nuevo invocar a las sombras:
<< Serenidad, paz, tranquilidad… >> Comencé a pensar, intentando calmarme a mí misma.
Extendí mis manos hacia el suelo, pero sin tocarlo, volviendo a cerrar los ojos para sentir el aura oscuro emanar de mi interior. Estaba harta de tener que utilizar siempre el mismo ataque pero, hasta que no consiguiese más poder, no podría aprender una nueva táctica de combate. Me daba rabia, ya que mi único objetivo en la vida era ser más fuerte que nadie… Convertirme en la dueña de las sombras, una especie de Reina oscura, un rango que sabía que nunca llegaría a alcanzar si no era con empeño, esfuerzo y demostrándole al mundo lo que era capaz de hacer. Poco después, terminé la frase que estaba formulando en mi mente en voz alta:
-¡Y sobretodo oscuridad!
En un simple chasquido de dedos que realicé tras chillar ahogadamente, una masa oscura con forma de látigo se elevó sobre mi cabeza, rodeando como si de agua tratase mi cuerpo, cubriéndolo de tal forma que parecía estar atrapada en el interior de una burbuja. Hasta ahora el Piro Sombrío que enviaba hacia mis enemigos siempre era el mismo, un conjunto de líquido negro que se abalanzaba sobre mi rival o, imágenes que se asemejaban a los cuatro elementos. Ahora, iba a ser yo quién acompañase a las sombras a colisionar contra la enorme bestia.
Mis ojos se volvieron negros, mi piel blanquecina ahora era más morena que otra cosa. La sangre que brotaba de mi cuerpo a causa de los golpes de la planta carnívora dejó de fluir de mis heridas. No era ningún conjuro de sanación, al contrario, era un hechizo de salvación, o quería verlo de ese modo. Salvación… ¿Por qué? ¿La muerte no era una especie de liberación? Intentaría convertir el alma de la bestia en simple materia que me acompañaría, en simple oscuridad que bailaría en el Infierno, en lugar de en la Tierra. Pasaron un par de minutos cuando corrí hacia el cuerpo del animal y choqué contra él, atravesándolo con mi cuerpo. Bueno, en realidad no crucé por su estómago ni nada por el estilo. Lo ataqué por la parte más superficial de su piel. Aunque el roce fuese mínimo, la herida iba a ser tremenda.
Reí.
OFFROL:
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<< Serenidad, paz, tranquilidad… >> Comencé a pensar, intentando calmarme a mí misma.
Extendí mis manos hacia el suelo, pero sin tocarlo, volviendo a cerrar los ojos para sentir el aura oscuro emanar de mi interior. Estaba harta de tener que utilizar siempre el mismo ataque pero, hasta que no consiguiese más poder, no podría aprender una nueva táctica de combate. Me daba rabia, ya que mi único objetivo en la vida era ser más fuerte que nadie… Convertirme en la dueña de las sombras, una especie de Reina oscura, un rango que sabía que nunca llegaría a alcanzar si no era con empeño, esfuerzo y demostrándole al mundo lo que era capaz de hacer. Poco después, terminé la frase que estaba formulando en mi mente en voz alta:
-¡Y sobretodo oscuridad!
En un simple chasquido de dedos que realicé tras chillar ahogadamente, una masa oscura con forma de látigo se elevó sobre mi cabeza, rodeando como si de agua tratase mi cuerpo, cubriéndolo de tal forma que parecía estar atrapada en el interior de una burbuja. Hasta ahora el Piro Sombrío que enviaba hacia mis enemigos siempre era el mismo, un conjunto de líquido negro que se abalanzaba sobre mi rival o, imágenes que se asemejaban a los cuatro elementos. Ahora, iba a ser yo quién acompañase a las sombras a colisionar contra la enorme bestia.
Mis ojos se volvieron negros, mi piel blanquecina ahora era más morena que otra cosa. La sangre que brotaba de mi cuerpo a causa de los golpes de la planta carnívora dejó de fluir de mis heridas. No era ningún conjuro de sanación, al contrario, era un hechizo de salvación, o quería verlo de ese modo. Salvación… ¿Por qué? ¿La muerte no era una especie de liberación? Intentaría convertir el alma de la bestia en simple materia que me acompañaría, en simple oscuridad que bailaría en el Infierno, en lugar de en la Tierra. Pasaron un par de minutos cuando corrí hacia el cuerpo del animal y choqué contra él, atravesándolo con mi cuerpo. Bueno, en realidad no crucé por su estómago ni nada por el estilo. Lo ataqué por la parte más superficial de su piel. Aunque el roce fuese mínimo, la herida iba a ser tremenda.
Reí.
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Re: El viaje en Moto
por AdminX Mar Mar 10, 2009 5:28 pm
Dia 2
6.30 am
MUY EFECTIVO!!!
El Fuego negro corrompe a la planta, la cual mientras agoniza lanza su brazo ya recuperado hacia Belhin, intentando supcionarle algo de vitalidad, intenta Atraerla hacia la flor de su centro, para poder robar algo de vida, su salto es algo potente, y su raiz vuelve a moverse completamente.
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El Enemigo hace:
Encarcelar
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Re: El viaje en Moto
por Belhin Mar Mar 10, 2009 5:47 pm
No supe como reaccionar al siguiente golpe de la planta carnívora, ni siquiera tenía la idea de cómo narices esquivar una absorción, por eso mismo, ni aunque pegara brincos como un dulce conejo huyendo de su cazador lograría esquivar la bala que se clavó en mí. Así que, mientras sufría un estado de pérdida de vitalidad, decidí que lo mejor sería proseguir con la primera estrategia de antes, la que realmente sí que funcionó. Arremetí con mi espada sobre una de las raíces del monstruo, terminando nuevamente con él, en un movimiento vertical ascendente de arriba abajo. Al parecer, aquella batalla, por muy sencilla que resultara, iba a costarme bastante caro. Además de entretenerme y hacerme perder el tiempo, quedar más débil para la siguiente lucha contra los SeeD que sobrevivieron… Es decir, a lo mejor no sería capaz de lograr con los objetivos que la Misión me pedía. Sin embargo, lo más importante y lo que dejaba que mi consciencia se quedase tranquila era que por lo menos lo hubiera intentado, por el bien de la Organización, por el bien de nuestro jefe, Lord. Aunque en mi cabeza rondara la frase de “no puedo fallar a los míos”, sabía perfectamente que si lo hacía, lo haría bien. Moriría con orgullo y procuraría que cada uno de mis pasos fuese lo mejor posible para el futuro de los que llegarían detrás de mí.
-Esto… es… una locura.
Pude decir entrecortadamente, jadeante, mientras me arrodillaba en el suelo, sintiendo como mis energías disminuían rápidamente, dándole mucha mayor vitalidad a mi enemigo. Me sentía débil tanto física como psicológicamente y me arrepentía de haber aceptado esa misión como si de atrapar moscas se tratase. Si pudiese volver atrás en el tiempo, en lugar de sonreír al observar el cartel que Lord había dejado, hubiera pasado de largo, en dirección a la zona de Entrenamiento para proseguir con mi objetivo de ser la persona más fuerte. Realizando misiones a lo loco, sabía, que no iba a llevarme a ninguna parte, más si todavía era una insensata que, con ganas de superarme, lograba todo lo contrario a lo que se proponía. No sé si me explico… Todavía me consideraba demasiado débil como para afrontar aquella situación, entre plantas que, aunque adorase, también estaba comenzando a odiar. Siempre… y repito, siempre, los monstruos más poderosos se ocultan entre las sombras, no observan los rayos de luz, no quieren que sus presas se percaten de su presencia. ¿Cómo no pude darme cuenta antes? ¿Por qué no podría haber actuado de otro modo a la hora de elegir el camino? ¿A la hora de atravesar una enorme valla que, inconscientemente, me portaría hacia el Infierno? ¿Hacia la muerte? No era una esbirra de Lord por querer ayudarle a matar SeeD, lo era porque mis ganas de ser la misma Muerte destrozando almas era lo que más me gustaba.
OFFROL.
Nombre: Atacar
Descripción: Ataque que quita 10 PV
Tipo: Físico
Coste: 0 PM
Daño: 10 PV
Belhin.
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80/110 PM
-Esto… es… una locura.
Pude decir entrecortadamente, jadeante, mientras me arrodillaba en el suelo, sintiendo como mis energías disminuían rápidamente, dándole mucha mayor vitalidad a mi enemigo. Me sentía débil tanto física como psicológicamente y me arrepentía de haber aceptado esa misión como si de atrapar moscas se tratase. Si pudiese volver atrás en el tiempo, en lugar de sonreír al observar el cartel que Lord había dejado, hubiera pasado de largo, en dirección a la zona de Entrenamiento para proseguir con mi objetivo de ser la persona más fuerte. Realizando misiones a lo loco, sabía, que no iba a llevarme a ninguna parte, más si todavía era una insensata que, con ganas de superarme, lograba todo lo contrario a lo que se proponía. No sé si me explico… Todavía me consideraba demasiado débil como para afrontar aquella situación, entre plantas que, aunque adorase, también estaba comenzando a odiar. Siempre… y repito, siempre, los monstruos más poderosos se ocultan entre las sombras, no observan los rayos de luz, no quieren que sus presas se percaten de su presencia. ¿Cómo no pude darme cuenta antes? ¿Por qué no podría haber actuado de otro modo a la hora de elegir el camino? ¿A la hora de atravesar una enorme valla que, inconscientemente, me portaría hacia el Infierno? ¿Hacia la muerte? No era una esbirra de Lord por querer ayudarle a matar SeeD, lo era porque mis ganas de ser la misma Muerte destrozando almas era lo que más me gustaba.
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Re: El viaje en Moto
por AdminX Miér Mar 11, 2009 2:12 pm
Dia 2
6.45 am
El corte lanza la raiz por los aires y la planta bota y salta de dolor. El primer brazo comienza a vibrar.
------------------------
------------------------
El Enemigo hace:
Nada
Nombre: Jaula Carnivora
Nivel: 2
PV: 25/50
PV Raiz A: 0/10(Recuperandose1)
PV Raiz B: 0/10
Ataque Normal: 20 PV
Ataque especial: Encarcelar (Absorbe 15 PV)
Ataque Contraataque (Si Raices Vivas): Latigazo 70 PV
Belhin
PV: 75/180
PM: 80/110
6.45 am
El corte lanza la raiz por los aires y la planta bota y salta de dolor. El primer brazo comienza a vibrar.
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Re: El viaje en Moto
por Belhin Miér Mar 11, 2009 5:15 pm
Me encontraba agotada, aunque las pocas energías que me quedaban fuesen suficientes como para terminar la pelea. No estaba acostumbrada a pelear sola contra monstruos y, si alguna vez lo hacía, sería desde las sombras, oculta bajo la oscuridad para que el enemigo no me dañase. Posé una mano sobre la corteza del tronco de un árbol para jadear con tranquilidad, para tomar una bocanada de aire que pusiese en marcha el bombeo de mi sangre, que hinchase mis pulmones. Tenía que terminar con aquello… tenia que ganar la batalla y proseguir con mi camino, antes de que el tiempo se me agotara, antes de que me localizaran y las cosas se pusieran muchísimo peor. Hice un esfuerzo sobrehumano para correr hacia la planta carnívora, lo más rápido que pude, aprovechando aquel momento de debilidad del monstruo, puesto que decidió no hacer nada más que agonizar por su dolor.
Al llegar frente a él, salté para que mi cuerpo colisionara con el suyo pero, en el último momento, antes de terminar pegados, extendí mis manos hacia el monstruo, pero sin tocarlo, y realicé un chasquido de dedos. Aquello solo podía significar una cosa. La oscuridad volvía a ser llamada y abalanzada sobre la parte donde choqué contra él. Parecía tinta, puesto que al pegarse a su cuerpo, fue introduciéndose en su interior con velocidad, hiriéndolo, clavándose en él, haciendo que sufriera todavía más. Sin remedio, reboté sobre su enorme panza y caí de espaldas sobre el suelo, parecía que acababa de saltar en plancha sobre una colchoneta:
-Quiero acabar contigo de una puñetera vez, pequeño –Declaré con rapidez, después de haber cogido todo el aire que necesitaba para poder pronunciar la frase.
No era creyente de ningún Dios, tampoco me gustaba tener que adorar seres extraños como los eones, animales invocados por los que poseían ese don. Pero en mi mente regalé unas palabras al Infierno, palabras para el Diablo que sabía que no existía. Palabras para la Muerte que esperaba que pronto se apiadase del alma del monstruo:
<< Espero que las puertas se abran y que el fuego contamine sus cenizas. Vivir en un mundo caluroso debe de ser divertido… >>
Tras aquello, me incorporé con lentitud, deteniéndome a cada segundo para controlar la presión que debería realizar para que mi cuerpo se levantara. Hubiera sido todo un espectáculo verme, puesto que era una patética escena. ¿Una Animadora de Sombras cansada de los ataques de una bestia? ¿Una Animadora de Sombras que no podía haberlo derrotado de un plumazo? ¿Una Animadora de Sombras que no tiene suficiente poder como para cumplir con sus objetivos a la primera? ¿Una Animadora de Sombras que…? Podían ser miles las preguntas que un espectador se plantease, la suerte que tenía, o eso creía, es que nadie me estaba observando. Solo las inertes rocas que adornaban algunos pequeños lugares bajo los matorrales o, animalitos indefensos, escondidos en sus madrigueras.
OFFROL:
Nombre: Piro Sombrio
Descripción: Lanza una bola de sombras creada con sombras del entorno. A los Magos Blancos (MB) y Paladines (P) les hace un daño más severo.
Tipo: Mágico
Coste:20 PM
Daño: 30 PV // 40 PV (MB y P)
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40/110 PM
Al llegar frente a él, salté para que mi cuerpo colisionara con el suyo pero, en el último momento, antes de terminar pegados, extendí mis manos hacia el monstruo, pero sin tocarlo, y realicé un chasquido de dedos. Aquello solo podía significar una cosa. La oscuridad volvía a ser llamada y abalanzada sobre la parte donde choqué contra él. Parecía tinta, puesto que al pegarse a su cuerpo, fue introduciéndose en su interior con velocidad, hiriéndolo, clavándose en él, haciendo que sufriera todavía más. Sin remedio, reboté sobre su enorme panza y caí de espaldas sobre el suelo, parecía que acababa de saltar en plancha sobre una colchoneta:
-Quiero acabar contigo de una puñetera vez, pequeño –Declaré con rapidez, después de haber cogido todo el aire que necesitaba para poder pronunciar la frase.
No era creyente de ningún Dios, tampoco me gustaba tener que adorar seres extraños como los eones, animales invocados por los que poseían ese don. Pero en mi mente regalé unas palabras al Infierno, palabras para el Diablo que sabía que no existía. Palabras para la Muerte que esperaba que pronto se apiadase del alma del monstruo:
<< Espero que las puertas se abran y que el fuego contamine sus cenizas. Vivir en un mundo caluroso debe de ser divertido… >>
Tras aquello, me incorporé con lentitud, deteniéndome a cada segundo para controlar la presión que debería realizar para que mi cuerpo se levantara. Hubiera sido todo un espectáculo verme, puesto que era una patética escena. ¿Una Animadora de Sombras cansada de los ataques de una bestia? ¿Una Animadora de Sombras que no podía haberlo derrotado de un plumazo? ¿Una Animadora de Sombras que no tiene suficiente poder como para cumplir con sus objetivos a la primera? ¿Una Animadora de Sombras que…? Podían ser miles las preguntas que un espectador se plantease, la suerte que tenía, o eso creía, es que nadie me estaba observando. Solo las inertes rocas que adornaban algunos pequeños lugares bajo los matorrales o, animalitos indefensos, escondidos en sus madrigueras.
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Re: El viaje en Moto
por AdminX Miér Mar 11, 2009 5:38 pm
Dia 2
7.00 am
Derrotas al enemigo. Recuperas todo el PM y 40 PV.
El Camino continua, es serpenteante pero solo se puede avanzar por una dirección. Tardarás 2 horas y media en recorrer el bosque sin problemas.
Belhin
PV: 115/180
PM: 110/110
7.00 am
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PV: 115/180PM: 110/110
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Re: El viaje en Moto
por Belhin Miér Mar 11, 2009 6:41 pm
El monstruo cayó al suelo como si fuese una figura de plomo que acaba de ser empujada por error por la mano de un niño travieso. Me arrodillé, agotada, mientras mi pecho aumentaba y disminuía cada vez que cogía aire para respirar. Cerré los ojos, disfrutando de la sensación al ser libre por unos segundos, al no encontrarme en un apuro. Me costaba creer que todo había terminado, que aquella lucha que me parecía interminable había llegado a su fin. Era todo un… alivio. Suspiré con profundidad, viendo como las ramas podridas de la bestia se fueron descomponiendo en pequeñas gotas negras, en cenizas. Poco después, ese conjunto de arena negra se transformó en pequeñas lucecitas que se dispersaron por toda la zona, quizás incluso llegaron a los lugares más ocultos del bosque. Las perseguí con la mirada, mientras veía como desaparecían entre la corteza de los árboles, como esas pequeñas esmeraldas que levitaban desaparecían sin ninguna explicación, convirtiéndose en materia orgánica que sería utilizada por otros seres vivos. Observando a la naturaleza, me di cuenta de algo que realmente me hirió el corazón. Me había alistado en la organización de los Caballeros Blancos por mis pensamientos, por siempre soñar con ser la Reina de la Oscuridad, quien dominase el mundo. Pero, me acaba de dar cuenta de que eso no sería así. Ya había un Rey Oscuro, ya existía el responsable de que en nuestros corazones solo hubiese sombras, ¿Por qué otro más? ¿Por qué narices quería ser la mejor, la más fuerte? Tenía a alguien a quién seguir, unos pasos que repetir, unas opiniones que defender. Quizás no eran las más acertadas pero para mí sí que lo eran. Despertar a una bruja que ni siquiera conocía, que no había escuchado nunca hablar de ella, sonaba algo macabro, extraño y, al mismo tiempo, demasiado inconsciente. Aún así, confiaba en que la lucha que debería realizar para ayudar a los míos a que sus propósitos se cumpliesen me diera explicaciones y respuestas a todas las dudas que me planteaba siempre que recordaba mi pasado. Las dudas no eran, ¿Por qué maté? Sino, ¿Por qué una sombra quiere atormentarme? ¿Por qué la oscuridad es como una mascota que debe ser domada? No había venido a la Tierra para ser una domadora de animales, ni tampoco para utilizar cartas que bajarían vitalidad a mis enemigos. Ni siquiera mi propósito en la vida era deshacerme de la Oscuridad para encontrar la luz en el Más Allá. Sabía cuales eran mis objetivos, cuales eran mis metas en el mundo…
Que la oscuridad nunca desapareciese, que la noche siempre perdurase.
Puede sonar algo idiota, puede que ese sea un propósito sin sentido, pero al menos para mí tenía un significado. No luchaba para destruir la luz, ya que tenía una hermana a la que apreciaba que había decidido coger ese camino. No peleaba contra los paladines o los SeeD porque ellos quisiesen terminar con la oscuridad. Me había integrado en esa guerra por querer defender lo poco que quedaba de las sombras, es decir, proteger el poco terreno que podían poseer la gente que era como yo, tanto Animador de Sombras, como Mago Negro… Todo el mundo, con sus ojos, veía que la luz era la buena y la oscuridad era el malo. Que los héroes son guapos, altos, con buen físico y llenos de valor, luz. Mientras que los malvados son feos, viejos, con arrugas y llenos de cobardía, sombras. Ese esquema que los mismos Maestros, Sabios y Superiores habían inventado no me gustaba, lo odiaba, quería quemar todos los documentos que afirmaran esa horrible y asquerosa mentira. ¿Por qué los buenos son blancos y los malos son negros? ¿Por qué? ¿Alguien tiene la explicación? ¿Alguien tiene pruebas que puedan demostrarlo? No basta con el físico, o con la propia magia. Hay que dar razones que sean buenas, coherentes, concisas. En mi opinión, nadie es bueno ni nadie es malo. Nadie es el mejor bando y nadie es el peor. Nadie es el más fuerte y nadie es el más débil, quizás con menos fuerza, pero nunca el peor del grupo. En cualquier bando, cada uno lucha por sus pensamientos, por su forma de actuar, por lo que quiera proteger. Algunos no desean proteger nada, solo la destrucción, como yo, que mi único fin era arrebatarle la vida a los demás y que sus almas circularan hacia el Infierno. Pero eso no quería decir que fuésemos los malos… pero bueno. Aunque detestara el mundo, era algo que no podía cambiar y deseaba con todas mis fuerzas, el cerebro de la gente.
Demasiada tranquilidad en un bosque tan frondoso como aquel.
Era la hora de partir, de ponerse en marcha. Ya había perdido suficiente tiempo con el monstruo como para echar una cabezadita. No podía permitirlo, tenía que proseguir con el viaje, en busca de esos malditos SeeD que, por su culpa, me encontraba allí, agotada porque acababa de luchar contra una bestia bastante fea, además de oler mal. Estaba deseando encontrarme con uno de ellos, para atacarlo, para matarlo, para terminar en cuanto antes la misión. Me incorporé del suelo y recogí mi espada cadeneta, guardándola en la funda, bajo la capa negra que cubría mi espalda. Me ajusté de nuevo el broche de la capucha y comencé a caminar, acariciando de vez en cuando alguna que otra planta que estuviese a la altura de mi cintura, sintiendo el contacto suave de algunas hojas, arrugadas de las más secas. Mis pies, al posarse sobre la tierra, provocaba que pequeñas partículas levitaran y se pegaran a la mis botas negras, también el sonido extraño que se producía llegaba a mis oídos, recordándome que estaba viva y que había ido hasta allí para cumplir con una misión. Me ayudó bastante aquel ruido a no desviarme a mi mente, a mis recuerdos y a mi pasado, cosa que solía hacer a menudo, por no decir a todas las horas de mi vida.
En cuestión de segundos, había llegado rápidamente hacia las afueras del bosque. Aproximadamente estuve caminando durante dos horas, fue un viaje agotador, pero andaba algo acostumbrada, puesto que anduve muchísimo más cuando escapé de mi casa, con tan solo once años, después de haber asesinado a mis padres. Después de haber abandonado a mi hermana, Veilenne, víctima del espectáculo, horrorizada y culpada por un delito que nunca cometió. Alcé la mirada, para observar a mí alrededor, ¿Dónde me encontraba? ¿Y los SeeD? ¿Qué había sido de ellos? Algo no pintaba bien. O estarían escondidos o… Espera, ¿Ese era el lugar donde debía encontrarme con mis víctimas? Me escondí tras un pequeño muro de estatura media que, a simple vista, parecía llegarme poco más de las caderas, y observé el escenario con interés, esperando encontrarme con algún enemigo o, tal vez, ver algún pasadizo que me condujera a mi destino.
Que la oscuridad nunca desapareciese, que la noche siempre perdurase.
Puede sonar algo idiota, puede que ese sea un propósito sin sentido, pero al menos para mí tenía un significado. No luchaba para destruir la luz, ya que tenía una hermana a la que apreciaba que había decidido coger ese camino. No peleaba contra los paladines o los SeeD porque ellos quisiesen terminar con la oscuridad. Me había integrado en esa guerra por querer defender lo poco que quedaba de las sombras, es decir, proteger el poco terreno que podían poseer la gente que era como yo, tanto Animador de Sombras, como Mago Negro… Todo el mundo, con sus ojos, veía que la luz era la buena y la oscuridad era el malo. Que los héroes son guapos, altos, con buen físico y llenos de valor, luz. Mientras que los malvados son feos, viejos, con arrugas y llenos de cobardía, sombras. Ese esquema que los mismos Maestros, Sabios y Superiores habían inventado no me gustaba, lo odiaba, quería quemar todos los documentos que afirmaran esa horrible y asquerosa mentira. ¿Por qué los buenos son blancos y los malos son negros? ¿Por qué? ¿Alguien tiene la explicación? ¿Alguien tiene pruebas que puedan demostrarlo? No basta con el físico, o con la propia magia. Hay que dar razones que sean buenas, coherentes, concisas. En mi opinión, nadie es bueno ni nadie es malo. Nadie es el mejor bando y nadie es el peor. Nadie es el más fuerte y nadie es el más débil, quizás con menos fuerza, pero nunca el peor del grupo. En cualquier bando, cada uno lucha por sus pensamientos, por su forma de actuar, por lo que quiera proteger. Algunos no desean proteger nada, solo la destrucción, como yo, que mi único fin era arrebatarle la vida a los demás y que sus almas circularan hacia el Infierno. Pero eso no quería decir que fuésemos los malos… pero bueno. Aunque detestara el mundo, era algo que no podía cambiar y deseaba con todas mis fuerzas, el cerebro de la gente.
Demasiada tranquilidad en un bosque tan frondoso como aquel.
Era la hora de partir, de ponerse en marcha. Ya había perdido suficiente tiempo con el monstruo como para echar una cabezadita. No podía permitirlo, tenía que proseguir con el viaje, en busca de esos malditos SeeD que, por su culpa, me encontraba allí, agotada porque acababa de luchar contra una bestia bastante fea, además de oler mal. Estaba deseando encontrarme con uno de ellos, para atacarlo, para matarlo, para terminar en cuanto antes la misión. Me incorporé del suelo y recogí mi espada cadeneta, guardándola en la funda, bajo la capa negra que cubría mi espalda. Me ajusté de nuevo el broche de la capucha y comencé a caminar, acariciando de vez en cuando alguna que otra planta que estuviese a la altura de mi cintura, sintiendo el contacto suave de algunas hojas, arrugadas de las más secas. Mis pies, al posarse sobre la tierra, provocaba que pequeñas partículas levitaran y se pegaran a la mis botas negras, también el sonido extraño que se producía llegaba a mis oídos, recordándome que estaba viva y que había ido hasta allí para cumplir con una misión. Me ayudó bastante aquel ruido a no desviarme a mi mente, a mis recuerdos y a mi pasado, cosa que solía hacer a menudo, por no decir a todas las horas de mi vida.
En cuestión de segundos, había llegado rápidamente hacia las afueras del bosque. Aproximadamente estuve caminando durante dos horas, fue un viaje agotador, pero andaba algo acostumbrada, puesto que anduve muchísimo más cuando escapé de mi casa, con tan solo once años, después de haber asesinado a mis padres. Después de haber abandonado a mi hermana, Veilenne, víctima del espectáculo, horrorizada y culpada por un delito que nunca cometió. Alcé la mirada, para observar a mí alrededor, ¿Dónde me encontraba? ¿Y los SeeD? ¿Qué había sido de ellos? Algo no pintaba bien. O estarían escondidos o… Espera, ¿Ese era el lugar donde debía encontrarme con mis víctimas? Me escondí tras un pequeño muro de estatura media que, a simple vista, parecía llegarme poco más de las caderas, y observé el escenario con interés, esperando encontrarme con algún enemigo o, tal vez, ver algún pasadizo que me condujera a mi destino.
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Re: El viaje en Moto
por AdminX Miér Mar 11, 2009 11:26 pm
Dia 2
9.30 am
Claridad, el golpe de los rayos abrasadores del sol en tus ojos te indica que has salido de la espesura del Bosque de Alexandría. Frente a ti, un camino a traves de un gran prado con hierba Alta plagado de monstruos como Halcones gigantescos voladores y Arimanes violentos.
En la Carretera un tanque patrulla de Alexandría se dirige dirección al Puesto Fronterizo. No te ven.
Pasará una media hora hasta alcanzar la Carretera de nuevo y estar más cerca de la Lejana Alexandria. Luego el camino hasta la mitad del trayecto transcurrirá en 7 horas.
Por el contrario puedes seguir recortando por los prados, en cinco horas habrás llegado a la mitad del trayecto....pero estar rodeada de enemigos no puede ser bueno.
Belhin
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9.30 am
Claridad, el golpe de los rayos abrasadores del sol en tus ojos te indica que has salido de la espesura del Bosque de Alexandría. Frente a ti, un camino a traves de un gran prado con hierba Alta plagado de monstruos como Halcones gigantescos voladores y Arimanes violentos.
En la Carretera un tanque patrulla de Alexandría se dirige dirección al Puesto Fronterizo. No te ven.
Pasará una media hora hasta alcanzar la Carretera de nuevo y estar más cerca de la Lejana Alexandria. Luego el camino hasta la mitad del trayecto transcurrirá en 7 horas.
Por el contrario puedes seguir recortando por los prados, en cinco horas habrás llegado a la mitad del trayecto....pero estar rodeada de enemigos no puede ser bueno.
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Re: El viaje en Moto
por Belhin Jue Mar 12, 2009 5:29 pm
En ese mismo momento, pude divisar a lo lejos un tanque patrulla en dirección por donde yo había venido. Al encontrarme escondida, detrás de un pequeño muro, oculté bien mi cuerpo y no fueron capaz de verme. Cuando pude verlos desaparecer en el horizonte, decidí salir de mi escondite y dirigir mis ojos ahora hacia la pradera donde había terminado. En ella, un montón de monstruos caminaban tranquilamente de un lado para otro, parecía una especie de corral con pollos, pero en lugar de pollos, bestias horribles con ganas de guerra. Tenía dos opciones, la primera y más peligrosa, atravesar el valle en compañía de un montón de monstruos, la segunda, posiblemente también peligrosa pero aparentemente menos, ir a la carretera y proseguir el viaje por allí.
Acababa de salir de una batalla contra una planta carnívora, no era plato de buen gusto tener que caminar entre monstruos que, seguramente, me atacarían al mismo tiempo, de vez en cuando y… podía terminar mal. Además de que lucha tras lucha haría que el tiempo se me agotase poco a poco y no pudiera cumplir con mi misión. Me habían dado un permiso de cinco días para marcharme del Instituto, no podía malgastar cada uno de los segundos que transcurrían porque puede que tardase más en cumplir con la misión, en regresar al centro de estudios. Suspiré, todavía planteándome qué debía hacer. Si Veilenne estuviese conmigo en esos instantes, hubiera escogido el camino fácil, el camino limpio.
Pero no era Veilenne aunque, ponerme a pensar como ella, hizo que recapacitase. Alcé la mirada, observando el asfalto que estropeaba la pradera y, con paso ligero, caminé hasta allí. Mientras andaba, contemplaba a los monstruos que no se habían percatado de mi presencia, es más, desde allí parecía que fuesen pequeñas figuras de plomo que habían tomado vida y andaban sin rumbo, paseaban y, entre ellos, peleaban. Tardé media hora en llegar a la carretera, treinta minutos. Tuve que parar durante un par más para coger aire y que mis fuerzas volviesen a estar al cien por cien.
-¿Este es el camino correcto?
Mi pregunta había aparecido más de una ocasión en mi cabeza pero, ya me daba igual. Me había acostumbrado a que cada decisión que tomaba fuera para ir a peor, para afrontar alguna lucha o algún acertijo. Para estropear mis planes tomando decisiones absurdas, decisiones que me arrastraban hacia el centro de la Tierra y no permitían que volase. El cielo… eso es. Era por la mañana, la oscuridad se había desvanecido, el Sol acariciaba mi piel con sus delicados rayos de luz, comenzaba a sentir calor, a cansarme… Había pasado un día desde que partí de Icicle. Aceleré el paso, creyendo que eso haría que mi tiempo transcurriese más lento, o mejor dicho, que me sobrara en lugar de faltar.
<< Me gustaría terminar con esto cuanto antes. Regresar a la escuela y contárselo todo a…-Me llevé una mano a los labios, recordando que no podía permitir que descubriesen que salí del instituto para realizar una misión en nombre de los Caballeros Blancos, era un secreto. ¿Qué me inventaría? Cinco días eran demasiados… Quizás… ¿Visitar a un pariente lejano? No, no… yo no tenía familia. La única que me quedaba era Veilenne, y Azumi estaba loca-. Exacto. Les diré que necesitaba tiempo para descansar, relajarme de los estudios, pensar en otra cosa que no fuese mi pasado. Tal vez cuele o tal vez no… bueno, me quedan todavía varios días para planteármelo.>>
Acababa de salir de una batalla contra una planta carnívora, no era plato de buen gusto tener que caminar entre monstruos que, seguramente, me atacarían al mismo tiempo, de vez en cuando y… podía terminar mal. Además de que lucha tras lucha haría que el tiempo se me agotase poco a poco y no pudiera cumplir con mi misión. Me habían dado un permiso de cinco días para marcharme del Instituto, no podía malgastar cada uno de los segundos que transcurrían porque puede que tardase más en cumplir con la misión, en regresar al centro de estudios. Suspiré, todavía planteándome qué debía hacer. Si Veilenne estuviese conmigo en esos instantes, hubiera escogido el camino fácil, el camino limpio.
Pero no era Veilenne aunque, ponerme a pensar como ella, hizo que recapacitase. Alcé la mirada, observando el asfalto que estropeaba la pradera y, con paso ligero, caminé hasta allí. Mientras andaba, contemplaba a los monstruos que no se habían percatado de mi presencia, es más, desde allí parecía que fuesen pequeñas figuras de plomo que habían tomado vida y andaban sin rumbo, paseaban y, entre ellos, peleaban. Tardé media hora en llegar a la carretera, treinta minutos. Tuve que parar durante un par más para coger aire y que mis fuerzas volviesen a estar al cien por cien.
-¿Este es el camino correcto?
Mi pregunta había aparecido más de una ocasión en mi cabeza pero, ya me daba igual. Me había acostumbrado a que cada decisión que tomaba fuera para ir a peor, para afrontar alguna lucha o algún acertijo. Para estropear mis planes tomando decisiones absurdas, decisiones que me arrastraban hacia el centro de la Tierra y no permitían que volase. El cielo… eso es. Era por la mañana, la oscuridad se había desvanecido, el Sol acariciaba mi piel con sus delicados rayos de luz, comenzaba a sentir calor, a cansarme… Había pasado un día desde que partí de Icicle. Aceleré el paso, creyendo que eso haría que mi tiempo transcurriese más lento, o mejor dicho, que me sobrara en lugar de faltar.
<< Me gustaría terminar con esto cuanto antes. Regresar a la escuela y contárselo todo a…-Me llevé una mano a los labios, recordando que no podía permitir que descubriesen que salí del instituto para realizar una misión en nombre de los Caballeros Blancos, era un secreto. ¿Qué me inventaría? Cinco días eran demasiados… Quizás… ¿Visitar a un pariente lejano? No, no… yo no tenía familia. La única que me quedaba era Veilenne, y Azumi estaba loca-. Exacto. Les diré que necesitaba tiempo para descansar, relajarme de los estudios, pensar en otra cosa que no fuese mi pasado. Tal vez cuele o tal vez no… bueno, me quedan todavía varios días para planteármelo.>>
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Localización : En el abismo de la Oscuridad...*
Ficha de Personaje Nivel: 4 Clase: Animadora de Sombras Blanca EXP: (129/400) -
Re: El viaje en Moto
por AdminX Lun Mar 16, 2009 5:27 pm
Dia 2
5.00 pm
Llegas sin problemas tras una larga caminata a Alexandría, la Gente te mira raro, no ves heridos por ninguna parte solo soldados patruyando.
Belhin
PV: 115/180
PM: 110/110
5.00 pm
Llegas sin problemas tras una larga caminata a Alexandría, la Gente te mira raro, no ves heridos por ninguna parte solo soldados patruyando.
Belhin
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AdminX- Admin
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Fecha de inscripción : 08/12/2008
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Re: El viaje en Moto
por Belhin Lun Mar 16, 2009 7:53 pm
Comencé a divisar a lo lejos una ciudad, una sonrisa se dibujó en mis labios cuando fui capaz de ver Alexandria alzarse ante mí. Por fin había llegado a mi destino, por fin podría cumplir con mi objetivo sin ningún problema. Nuevamente volví a ajustarme el broche, esta vez para que cubriese casi toda la parte de mi rostro, solamente mis labios, ocultando así mi físico, impidiéndole a la gente que pudiera quedarse con mis ojos, ya que era el aspecto más llamativo de mi cuerpo, el que todas mis víctimas que habían resultado ilesas habían nombrado, el que más destacaron en los carteles de “se busca” cuando vivía en Ivalice. Mirando hacia el suelo, atravesé un transitado callejón que me condujo hacia una especie de plaza donde supuestamente debería encontrarme con los soldados heridos. Busqué con la mirada a aquellos enemigos que tendría que asesinar, pero mis ojos no fueron capaces de divisar cuerpo alguno. Eso sí, todo estaba lleno de gente que paseaba sin desviar su vista sobre mí y, entre ellos, algunos soldados patrullando, vigilando las calles de Alexandria. No podría quedarme mucho tiempo allí, puesto que podrían descubrirme, ya que llamaba demasiado la atención siendo la única que se cubría la mayor parte del cuerpo para que no supiesen reconocerla. Rápidamente, me adentré en otro callejón y busqué algo con lo que poder trepar hacia uno de los tejados de la casa.
<< ¿Ni una sola escalera? ¿Ni una sola ventana? ¿Pero qué demonios es esto? ¿Una ciudad a la que no le gustan las alturas? –Me preguntaba para mí misma, percatándome de que no había nada con lo que poder trepar. >>
No tuve más remedio que intentar trepar entre algunos ladrillos que sobresalían de las paredes que envolvían el interior de las casas de los ciudadanos, sin embargo, al resbalar en el segundo ladrillo donde posé la planta de mi pie, decidí bajar, no era seguro y tampoco tenía ganas de pegarme un tortazo y, en lugar de esconderme de la multitud, llamar la atención a más no poder. Me encogí de hombros, llevándome una mano a los labios, concretamente los nudillos, dubitativa. No sabía que hacer, no sabía que ruta tomar, era la primera vez que me ocurría algo así… Es decir, la primera vez que me dirigía con seguridad hacia un sitio para asesinar y no encontrarme a mis víctimas allí. Normalmente, cuando empecé esa misteriosa carrera de matar por dinero, sabía con exactitud la hora por la que caminaban hacia sus trabajos, el momento exacto en el que regresaban a sus casas… o algo por el estilo. En aquella misión solo podía confiar en las palabras de mi jefe, Lord, y en una nota que me dejó en la moto que se rompió en mitad del viaje. Alcé la mirada, para contemplar el soleado día que impediría que fuese capaz de ocultarme entre las sombras. Entonces se me ocurrió que, si siendo vista por un montón de gente, seguía escondiéndome, llamaría más la atención que mi propio aspecto. Así que decidí volver a salir hacia aquella misteriosa plaza, volviendo a buscar con mis violáceas esferas a los SeeD que supuestamente deberían estar heridos en aquella zona, o cerca…
Fruncí el ceño, furiosa, aferrando al mismo tiempo mis manos para convertirlas en puños capaz de destruir cualquier cosa que se cruzara por delante. También me mordí el labio inferior, ¿Por qué no había ni un maldito SeeD cerca? ¿Por qué? ¿Me habían tomado el pelo al enviarme a aquella misión? Me crucé de brazos, planteándome en regresar a Icicle, para cantarle las cuarenta a Lord y decirle que ni sus estúpidos SeeD ni la sangre adornaba el suelo de Alexandria. Justo en el momento en el que iba a darme la vuelta para marcharme, un destello de luz me cegó. Fue mi propia cabeza quien originó aquellas imágenes que rápidamente cruzaron por mi mente. Ya me había ocurrido varias veces aquello en el instituto, y presentía que la oscuridad, al encontrarme furiosa, estaba tomando posesión de mi cuerpo. Tendría que controlarme si no quería que las sombras me dominasen y se armase la de San Quintín en aquel pacífico lugar rodeado de soldados. Chasqueé los dedos, como si quisiese hacer desaparecer esa luz cegadora que cubría mis pupilas, hasta que finalmente decidí parpadear y rápidamente aquel brillo que impedía que viese algunas partes de la plaza desapareció. Volví a mirar hacia la gente que me observaba por el rabillo del ojo, con interés de conocerme y de saber quién era y qué hacía exactamente allí, vestida de esa forma tan misteriosa.
<< He realizado un viaje demasiado largo como para regresar… Ya que he llegado hasta aquí, ¿Por qué no dar una vuelta y conocer Alexandria? Quien sabe… a lo mejor podría encontrarme con una sorpresa… como esos asquerosos SeeD heridos… >>
Si los SeeD habían estado heridos en su día y allí parecía que ni un tanque había cruzado las calles, lo más seguro es que los guerreros se encontrarían en una Enfermería. Una visita turística a Alexandria no me iba a ir nada mal, pero empezaría buscando por los centros médicos, para buscar a los heridos y asesinarlos sin piedad, sin plantearme en si de verdad debería matarlos o no. Al fin y al cabo, esa era mi misión, exterminar a los supervivientes, a los que consiguieron salir de la guerra, aunque algo mal parados.
<< ¿Ni una sola escalera? ¿Ni una sola ventana? ¿Pero qué demonios es esto? ¿Una ciudad a la que no le gustan las alturas? –Me preguntaba para mí misma, percatándome de que no había nada con lo que poder trepar. >>
No tuve más remedio que intentar trepar entre algunos ladrillos que sobresalían de las paredes que envolvían el interior de las casas de los ciudadanos, sin embargo, al resbalar en el segundo ladrillo donde posé la planta de mi pie, decidí bajar, no era seguro y tampoco tenía ganas de pegarme un tortazo y, en lugar de esconderme de la multitud, llamar la atención a más no poder. Me encogí de hombros, llevándome una mano a los labios, concretamente los nudillos, dubitativa. No sabía que hacer, no sabía que ruta tomar, era la primera vez que me ocurría algo así… Es decir, la primera vez que me dirigía con seguridad hacia un sitio para asesinar y no encontrarme a mis víctimas allí. Normalmente, cuando empecé esa misteriosa carrera de matar por dinero, sabía con exactitud la hora por la que caminaban hacia sus trabajos, el momento exacto en el que regresaban a sus casas… o algo por el estilo. En aquella misión solo podía confiar en las palabras de mi jefe, Lord, y en una nota que me dejó en la moto que se rompió en mitad del viaje. Alcé la mirada, para contemplar el soleado día que impediría que fuese capaz de ocultarme entre las sombras. Entonces se me ocurrió que, si siendo vista por un montón de gente, seguía escondiéndome, llamaría más la atención que mi propio aspecto. Así que decidí volver a salir hacia aquella misteriosa plaza, volviendo a buscar con mis violáceas esferas a los SeeD que supuestamente deberían estar heridos en aquella zona, o cerca…
Fruncí el ceño, furiosa, aferrando al mismo tiempo mis manos para convertirlas en puños capaz de destruir cualquier cosa que se cruzara por delante. También me mordí el labio inferior, ¿Por qué no había ni un maldito SeeD cerca? ¿Por qué? ¿Me habían tomado el pelo al enviarme a aquella misión? Me crucé de brazos, planteándome en regresar a Icicle, para cantarle las cuarenta a Lord y decirle que ni sus estúpidos SeeD ni la sangre adornaba el suelo de Alexandria. Justo en el momento en el que iba a darme la vuelta para marcharme, un destello de luz me cegó. Fue mi propia cabeza quien originó aquellas imágenes que rápidamente cruzaron por mi mente. Ya me había ocurrido varias veces aquello en el instituto, y presentía que la oscuridad, al encontrarme furiosa, estaba tomando posesión de mi cuerpo. Tendría que controlarme si no quería que las sombras me dominasen y se armase la de San Quintín en aquel pacífico lugar rodeado de soldados. Chasqueé los dedos, como si quisiese hacer desaparecer esa luz cegadora que cubría mis pupilas, hasta que finalmente decidí parpadear y rápidamente aquel brillo que impedía que viese algunas partes de la plaza desapareció. Volví a mirar hacia la gente que me observaba por el rabillo del ojo, con interés de conocerme y de saber quién era y qué hacía exactamente allí, vestida de esa forma tan misteriosa.
<< He realizado un viaje demasiado largo como para regresar… Ya que he llegado hasta aquí, ¿Por qué no dar una vuelta y conocer Alexandria? Quien sabe… a lo mejor podría encontrarme con una sorpresa… como esos asquerosos SeeD heridos… >>
Si los SeeD habían estado heridos en su día y allí parecía que ni un tanque había cruzado las calles, lo más seguro es que los guerreros se encontrarían en una Enfermería. Una visita turística a Alexandria no me iba a ir nada mal, pero empezaría buscando por los centros médicos, para buscar a los heridos y asesinarlos sin piedad, sin plantearme en si de verdad debería matarlos o no. Al fin y al cabo, esa era mi misión, exterminar a los supervivientes, a los que consiguieron salir de la guerra, aunque algo mal parados.
Belhin- Caballero Blanco
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Re: El viaje en Moto
por AdminX Mar Mar 17, 2009 1:22 pm
Dia 2
7.00 pm
Tras dos horas de busqueda consigues patearte Alexandría entera. EN efecto está todo lleno de ruinas por el centro donde estubo el ataque más crudo, hay en el centro de la ciudad una pira con SeeDs y soldados ardiendo, solo cadaveres.
Una Mujer SeeD reza ante los caidos.
En el distrito este se encuentra el Centro de Auxilio, tiene una sola planta, entras a echar un vistazo, pero te echan en seguida. Calcula sque habrá enfermeros, y por los gritos bastantes victimas.
El Sol se está poniendo.
Las partruyas están muy reducidas así que en el centro apenas hay seguridad, todo se destina a las puertas principales y al castillo. El Comandante Steiner, comandante del Batallón Pluto pulula con 5 de sus chicos por el centro de la ciudad. Hayner, uno de sus chicos es un ligón y se fija en ti cuando Steiner le pierde de vista.
-Hey preciosidad. ¿Por qué te cubres? ¿No te gustaría que nos descubriesemos los dos esta noche?
En verdad es un tipo fornido vestido con una coraza de soldado de Alexandria. Su voz es la de todo un rompecorazones.
Recuperas Vitalidad.
Belhin
PV: 150/180
PM: 110/110
7.00 pm
Tras dos horas de busqueda consigues patearte Alexandría entera. EN efecto está todo lleno de ruinas por el centro donde estubo el ataque más crudo, hay en el centro de la ciudad una pira con SeeDs y soldados ardiendo, solo cadaveres.
Una Mujer SeeD reza ante los caidos.
En el distrito este se encuentra el Centro de Auxilio, tiene una sola planta, entras a echar un vistazo, pero te echan en seguida. Calcula sque habrá enfermeros, y por los gritos bastantes victimas.
El Sol se está poniendo.
Las partruyas están muy reducidas así que en el centro apenas hay seguridad, todo se destina a las puertas principales y al castillo. El Comandante Steiner, comandante del Batallón Pluto pulula con 5 de sus chicos por el centro de la ciudad. Hayner, uno de sus chicos es un ligón y se fija en ti cuando Steiner le pierde de vista.
-Hey preciosidad. ¿Por qué te cubres? ¿No te gustaría que nos descubriesemos los dos esta noche?
En verdad es un tipo fornido vestido con una coraza de soldado de Alexandria. Su voz es la de todo un rompecorazones.
Recuperas Vitalidad.
Belhin
PV: 150/180PM: 110/110
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